domingo, setembro 22, 2019

Ani Ledodi Vedodi Li

Ani Ledodi Vedodi Li

  
Este versículo con el que titulamos esta halajá hace referencia a la relación entre D-os y el pueblo de Israel. “Yo”, es decir el pueblo de Israel, soy para mi amado, me entrego a Él y mi “Amado”, el Eterno es para mí, se acerca al pueblo de Israel. Esto nos crea la simbología que caracteriza este mes, el mes en que nos acercamos a D-os y también Él se acerca a nosotros.
Es común pensar que durante este mes nos acercamos más a D-os, reforzamos nuestro vínculo con el Eterno y tratamos de rectificar nuestros errores y asumir responsabilidades. Pero es importante señalar que también D-os se acerca a nosotros, es el mes en el que priva el atributo de la misericordia divina y se facilitan el perdón y las disculpas por nuestros errores, aquellos que asumimos y de los que nos retractamos.
Por ello “Soy de mi Amado y mi Amado es para mí”, soy parte de Él y Él es parte mía. Y así lo explica el Jida [Rabí Jaim Iosef David Azulay (HaJida)]  (Homat Anaj Shir Hashirim): El versículo comienza diciendo que soy de mi Amado, es decir que debo tomar la iniciativa de unirme a Él, retornar de mis conductas impropias y rectificar mis trasgresiones, y entonces “Él es para mí”, o sea se acercará y se vinculará más con nosotros expresándonos su compasión y misericordia.
Esto se asemeja a dos compañeros que se distanciaron y ahora uno de ellos desea retractarse y volver a relacionarse con su amigo. Sin embargo, si sabe de la personalidad dura del otro, se le dificultará acercarse a él para disculparse. Pero si sabe que su amigo es una persona sensible y aceptará fácilmente sus disculpas, le será mucho menos dificultoso acercarse a él.
Lo mismo ocurre con nosotros en estos días, si consideramos que se trata de un período duro, en el que nos pesa realizar una autocrítica sobre nuestras conductas erróneas, nos será muy difícil transitarlos. Pero en realidad son días en que “mi Amado se acerca a mí”, es decir que Su misericordia se halla dispuesta para aceptar mi “teshuba”, mi retorno y arrepentimiento.
Así, el Eterno nos dice; “Hijos míos, retornad a Mí y retornaré a ustedes”, comentan nuestros sabios sobre este versículo que D-os nos dice que debemos abrir una puerta como la hendidura de una aguja y El abrirá portones de retorno amplios como los de un gran salón.
Tenemos que asumir el retorno a D-os, sin embargo es muy difícil ya que poseemos muchos errores y conductas impropias, sentimos realmente cuán lejos estamos del Eterno. Pero él nos dice, abrid una puerta pequeña, comenzad con vuestro retorno y Yo recibiré ese pequeño hueco, siempre que se trate de un hueco de lado a lado, es decir permanente, una teshuba real y honesta.
Relató Rabí Shalom Shivadrón z”l que durante su juventud, en cierta ocasión lo llamó su maestro Rab Leib Hasman z”l y le pidió que asumiera cierta teshuba, pero a condición de que se trate de una rectificación pequeña, algo que pudiese corregir para siempre. Al día siguiente, Rab Shalom volvió de su maestro y le dijo: Encontré algo pequeño que puedo corregir! Y su maestro le dijo: Muy bien, ahora ve y divide lo que deseas asumir y toma sólo la mitad!
O sea, en ocasiones tomamos conciencia de que debemos corregir rasgos no dignos de nosotros, pero desconocemos nuestra propia capacidad para afrontar dicha responsabilidad, tratamos de hacerlo para contentar al Eterno y obtener su perdón. Pero se trata de un error, pues debemos concientizarnos de nuestras limitaciones y tratar de asumir cosas que podremos corregir en forma permanente. Ya que los compromisos no respetados generan muchos males en tanto que las pequeñas acciones que cambiamos nos incentivarán a continuar con el cambio y la elevación.

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Fuentes: Halacha Yomit

Shofar: A importância em Rosh Hashaná


Shofar


É uma mitzvá da Torá ouvir o toque do shofar em Rosh Hashaná. E há vários tipos de toque. O primeiro deles é a Tequiá – um toque simples e contínuo, que representa alegria e conexão. Por isso, quando se queria reunir o povo de Israel no êxodo pelo deserto, na saída do Egito, faziam as trombetas tocarem uma Tequiá simples. A Teruá – um toque fragmentado –, por sua vez, alude ao sofrimento, ao choro, à desagregação e ao receio. De fato, ao sair para as guerras, sem saber como seria o desfecho da batalha, as trombetas ressoavam a Teruá.

Esta dualidade contida na Teruá permeia Rosh Hashaná. Por um lado, há um grande sofrimento pelo ano que se foi e a constatação de que este tempo não se pode recuperar jamais. Daí a enorme importância de não desperdiçar este bem precioso e curto com tolices sem valor significativo – games ou aplicativos variados, por exemplo, com os quais se pode “queimar” um tempo que se acumula em meses, com benefícios mínimos ou nulos. Tempo valioso que não voltará e que poderia ter sido usado para incontáveis objetivos mais produtivos: educação dos filhos, com demonstrações concretas de amor e afeto; orações pelo sustento e o sucesso de si e de sua família; recitação de Salmos para cura, saúde e disposição; estudo de Torá, que proporciona uma recompensa espiritual incalculável para cada instante dedicado ao mesmo. Por outro lado, há o receio e um grande medo do veredito celestial próximo. Por esse motivo, o Todo-Poderoso ordenou que se tocasse a Teruá com o shofar e, ao recebermos sobre nós o jugo do reinado divino universal, adocemos esse veredito e sejamos carimbados para uma vida maravilhosa.  
De fato, os toques do shofar dividem-se em dois momentos, nos dois dias de Rosh Hashaná. O primeiro momento chama-se “Tequiot Demeiushav” (“toques sentados”) e o segundo chama-se “Tequiot Demeumad” (“toques de pé”). No primeiro momento, ocorrem os toques antes da oração de Mussaf, e os sábios permitiram que o público ouvisse estes toques sentados, demonstrando e enfatizando que as Tequiot Demeumad – os toques que são feitos durante a oração de Mussaf – são os principais, tendo que ser ouvidos obrigatoriamente de pé, todo o tempo, como o próprio nome indica, tanto na oração em silêncio, quanto na repetição do Chazan. O costume dos sefaradim é de fato permanecer sentados durante o primeiro momento dos toques, já os ashkenazim, apesar do nome "Demeiushav" (sentados), costumam ficar de pé mesmo nesta primeira fase.
 
Como a berachá (bênção) recitada sobre os toques do shofar é feita antes das Tequiot Demeiushav – antes da oração de Mussaf – e ela vale para as Tequiot Demeumad que ocorrerão durante a oração de Mussaf, é proibido interromper todo este processo com fala, desde a bênção até o final dos toques, porque todo este ritual é considerado um único preceito longo.
 
Para evitar o enfraquecimento corporal, há aqueles que preferem fazer Kidush para comer e beber um pouco antes do início dos toques do shofar, já que até o fim da oração de Mussaf não só passará muito tempo como certamente se passará também do meio dia mantendo o público sem comer ou beber nada. Pela Halachá, é permitido fazer Kidush antes dos toques, devendo-se, no entanto, comer não mais do que 45 gramas de Mezonot (biscoitos e massas). Frutas é permitido comer mais do que esta quantidade.