Kidush con vino
Dictadas por el Rav Eliezer Melamed, autor del libro Pninei Halajá
Los sabios dispusieron que el Kidush
se recite con vino, pues se trata de la bebida más importante ya que alimenta y
alegra. Vimos que hay diferentes preceptos que se cumplen con alegría, y los
sabios dispusieron que se cumplan acompañados de una copa de vino, como en el
caso de la bendición del compromiso de una pareja (Erusín), las siete
bendiciones del casamiento o la bendición posterior al Brit Milá. El estatus
especial del vino se manifiesta en el hecho de que se le adjudicó una bendición
separada, pues para todas las bebidas bendecimos “Shehakol Nihiá Bidvaró” y al
finalizar “Boré Nefashot”, mientras que por el vino bendecimos antes “Boré Perí
Haguefen” y después la bendición de “Me´ein Shalosh”. Otra halajá, que
evidencia el estatus especial del vino es la que indica que con la bendición
por el vino quedamos liberados de bendecir por cualquier otra bebida.
A priori, a los efectos de cumplir
con el precepto con excelencia (“Hidur Mitzvá”), se debe recitar el Kidush con
un vino bueno cuyo sabor sea del agrado del oficiante. Quien carece de vino por
la noche puede recitar Kidush sobre las “jalot” (pan), y de día puede emplear
cualquier bebida alcohólica como ser cerveza o vodka. Si también carece de una
bebida de este tipo puede recitar el Kidush de la mañana sobre las “jalot”.
El recitado del Kidush con vino
implica una profunda significación. Habitualmente, la santidad se revela en el
mundo espiritual con ponderación y seriedad. En el mundo físico resaltan más
vistosamente las pasiones carnales, la inclinación al mal, el orgullo y la
mofa. Por esta razón, muchas veces los hombres espirituales de entre las
naciones tienden a alejarse de la alegría y el regocijo, no sea que estos les
conduzcan al cultivo de las pasiones bajas del cuerpo. No así en el Pueblo de
Israel, nosotros santificamos el Shabat con vino para demostrar que la
espiritualidad del día se manifiesta por igual en el mundo material y en el
espiritual. La alegría y el regocijo, cuando son correctamente orientados,
pueden ser socios en la manifestación de la espiritualidad en el mundo. Este es
el tema central del Shabat, revelar la santidad mediante el estudio de la Torá
y la ingestión de comidas sabrosas, con rezos y Kidush acompañado de vino.
Sobre esto dijeron nuestros sabios (Pirké de Rabí Eliezer 19): “todo aquel que
bendice y recita el Kidush con vino en las noches del Shabat, se prolongan sus
días en este mundo y en el venidero”.