Vinos aptos para Kidush
Dictadas por el Rav Eliezer Melamed, autor del libro Pninei Halajá
Las leyes referentes al
vino para Kidush las aprendemos de las halajot de la libación del vino sobre el
altar en el Templo de Jerusalém. Por esta razón, todo vino que en virtud de
algún defecto no sea apto para ser libado en el altar, tampoco puede ser
empleado para el Kidush. Por ejemplo, un vino que estuvo descubierto durante
horas tanto en una copa como en una botella destapada no puede ser empleado
para Kidush. Lo mismo ocurre con un vino que huele mal (Shulján Aruj 272:1,
Mishná Berurá 3).
Empero, vinos que a
posteriori puedan ser usados para libación en el Templo, sirven a priori para
Kidush. Por ejemplo, un vino dulce que fue elaborado con uvas que fueron
endulzadas en demasía por el calor del sol, por cuanto que a posteriori sirve
para libación en el Templo puede ser utilizado a priori para Kidush. Lo mismo
ocurre con el jugo de uva. Sin embargo, lo mejor es cumplir con el precepto del
Kidush mediante un vino de buena calidad que contiene alcohol y alegra (Shulján
Aruj 272:2, Mishná Berurá 5).
Hay vinos que no son
aptos para libaciones en el Templo pues contienen mezclas de otros
ingredientes, empero sirven para Kidush. Por ejemplo, un vino que está mezclado
con agua no sirve para libar en el altar del Templo, pero sí es apto para
Kidush; más aún, es bueno que el vino de Kidush esté un poco rebajado con agua
para suavizar así su sabor. Sin embargo, nuestros vinos actuales no es
necesario rebajarlos pues no son tan fuertes como los antiguos (Shulján Aruj y
Ramá 272:5).
Hay quienes opinan que,
si el vino fue mezclado con agua de modo tal que ésta pasó a ser mayoritaria,
no se le considera ya vino y no es apto para Kidush. Hay juristas que son más
flexibles en esta cuestión siempre y cuando la mezcla siga sabiendo a vino. En
el caso de los vinos supervisados por el Rabinato, se pone especial cuidado en
que el vino sea mayoría en la mezcla y de esa manera son aptos para Kidush
según todas las opiniones.
En el caso de vino cocido
(“Mevushal” en hebreo) o vino al que se le agregó azúcar o miel, no es apto
para ser libado en el altar del Templo pues perdió su textura original. Hay
quienes opinan que, así como estos vinos no son aptos para ser libados, de la
misma manera no sirven para Kidush (RaMbáM). La opinión mayoritaria es que
estos vinos son aptos para Kidush, puesto que la cocción o la adición de azúcar
tuvieron por cometido mejorar su sabor. En la práctica, se cumple con el
precepto del Kidush mediante vinos cocidos o endulzados como es el caso del
“Conditón” (קונדיטון). Más aún, si se posee vino natural, pero
se prefiere el sabor del endulzado se puede recitar el Kidush con éste, último
(Shulján Aruj y Ramá 272:8). A muchos vinos dulces no se les adiciona azúcar y
su dulzura se deriva del tipo de uvas empleado en su elaboración. Según todas
las opiniones, éstos sirven para Kidush.
Hay quienes opinan que el
vino para Kidush debe ser tinto y el blanco no es apto (RaMbáM), sin embargo,
la mayoría de los juristas opinan que se puede recitar Kidush con vino blanco y
así fue definido por el Shulján Aruj (272:4). En caso de que se
disponga de dos vinos, uno tinto no muy sabroso y uno blanco de categoría, para
cumplir con todas las opiniones de los diferentes juristas, se pueden mezclar
ambos y de esa manera obtendrá un vino tinto y sabroso (es mejor verter el
blanco en el tinto como se verá más adelante en el cap. 12 inciso 10).