sexta-feira, março 11, 2011

La Importancia de la Caridad - A Importância da Caridade

Escolhi esta historia, como uma das que utilizarei para comemorar os 100 primeiros artigos no blog. Em os próximos dias terão umas historias a mais e uma reflexão para compartilhar este centenário de conhecimento. Decidi que esta primeira historia fosse em espanhol para que pessoas do idioma hispânico possam desfrutar.

Que O Criador os abençoe!!!!

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“LA HISTORIA DE LA ALCANCÍA”

“A Historia do Cofrinho”

Tsedakáh

La tradición de hacer caridad, en el pueblo judío, se remonta a sus orígenes más tempranos, a Abraham, el primer judío, sobre quien se dijera: "Pues Yo lo amo la Abraham pues él ordena a sus hijos y a su familia para que ellos observen el camino de Di-s para hacer caridad y justicia..." (Génesis - Bereshit 18:19).

Además entre los muchos mandamientos de la Toráh, hay también una Mitzváh explícita de "abrir la mano" al pobre, dar o prestar lo que le resulte necesario para alejarlo de la pobreza (Deuteronomio - Devarim 14:7-11).

La ley judía nos exige entregar al menos una décima parte de nuestros ingresos (ganancias) para caridad, y recomienda la entrega de un quinto como una manera mejor de cumplir nuestra obligación.

De hecho, la palabra hebrea para caridad, Tsedakáh, significa mucho más que eso. 'Caridad' significa un acto bondad ejecutado a causa de la benevolencia de nuestro corazón, pero que de ninguna manera es obligatorio.

 tzedakah

Tsedakáh, por su parte, proviene del vocablo tsédek y significa "hacer lo justo", es decir, ayudar a otros, material, económica, y espiritualmente.

La tradición de la Alcancía de Caridad, o Pushke (en idish), no es tan antigua. Pero sus raíces merecen respeto, remontándose a épocas bíblicas.

Durante el periodo del primer Templo de Jerusalém (Bet Hamikdash Harishon) encontramos el prototipo de la alcancía de caridad: el Templo necesitaba imperiosamente algunas reparaciones, de modo que el Sumo Sacerdote hizo un orificio en la cubierta de una caja que ubicó convenientemente cerca de la entrada antes del Altar, de manera que todos los visitantes al Templo hicieran sus contribuciones (II Reyes 12:10).

En el curso de la mayoría de su historia, las Alcancías para Caridad eran de considerables dimensiones y estaban fijadas en forma permanente en alguna pared de la Sinagoga.

Muchas Sinagogas tenían alcancías separadas por secciones y sendos orificios para introducir el dinero, para las diferentes organizaciones comunales. Además del mantenimiento de la Sinagoga, cada comunidad judía tenía sus sociedades especiales para recaudar y distribuir fondos destinados a hospitalidad, dotes para novias, asistencia a los enfermos, ayuda a los pobres, sustento a los estudiantes de Toráh, fondos de préstamos sin intereses y otras causas meritorias.
Todos, incluso el más indigente, ponían regularmente alguna moneda en estas alcancías.

La víspera del Shabat y de las festividades, en particular por mujeres antes del encendido de las Velas de Shabat y Iom Tov, es un también momento apropiado.

Hacia fines del siglo XVIII, se hizo costumbre tener pequeñas Alcancías de Caridad en cada hogar judío. Pero ¿nuestros hijos hoy están absorbiendo esta herencia de preocuparse por otros y darles con todo el corazón, tal como nosotros lo vimos de nuestros padres y abuelos? El Lubavitcher Rebe, Rabí Menajem Mendel Schneerson, profundamente preocupado por el bienestar físico y espiritual de todos los judíos, lanzó un llamado urgiendo a los judíos de todo el mundo a intensificar la observancia de determinadas mitsvot.

El Rebe pidió intensificar la Tsedakáh. El Rebe explicó que Tsedakáh puede compararse en ese aspecto al casco de un soldado.

Si bien el casco no garantiza a su portador total libertad de riesgo, incrementa enormemente chances de protección salvando su vida en la mayoría de los casos.