quarta-feira, janeiro 31, 2018

Tú BiShevát: 4 inicios de ano



Tú  BiShevát
    

Quarta-feira 31 de Janeiro do corrente ano, é Tú BiShevát (15 de Shevát). Apesar de desconhecidos pela maioria dos Judeus, existem quatro Rósh HaShanáh (4 Anos Novo) no calendário Judaico, a ver: 

1) O primeiro dia do mês de Nissán, do calendário hebraico  é o Ano Novo em relação à contagem dos anos no reinado dos Reis de Israel. Assim como das festividades. 
2) O primeiro dia de Elul  é o Ano Novo em relação à retirada do dízimo dos animais (Um em cada dez animais nascidos entre Elul do ano anterior e o início deste Elul eram doados ao Bêt Hamikdash).
3) O primeiro dia de Tishrê  é o Ano Novo para o julgamento dos seres humanos: para a vida ou a morte, riqueza ou pobreza, doenças ou saúde, bem como para a contagem do Ano Sabático (Shemitá) e do Ano do Jubileu (Yovêl) para a Terra de Israel. Também a partir deste dia se conta o período de 3 anos, a partir do plantio de uma árvore frutífera,  nos quais não se pode comer seus frutos (Orlá), bem como para o cálculo dos dízimos que devem ser retirados das colheitas de grãos e vegetais. 
4) O dia 15 de Shevát é o Ano Novo para as árvores, com referência ao cálculo do dízimo que seria retirado de suas frutas, em prática na época do Templo Sagrado.
Tú BiShevát é um dia festivo porque a Toráh louva a Terra de Israel com referência às frutas de suas árvores, bem como às colheitas de seu solo: “Uma terra de trigo e cevada e uvas e árvores de figo e romãs; uma terra de oliveiras e mel (de tâmaras)” (Devarim 8:8).  E também: “... e deverão comer e se  satisfazer e abençoar ao Todo-Poderoso, seu D’us, pela boa terra que Ele lhes deu” (Devarim 8:10). O Povo Judeu se alegra com as frutas, com a Terra e com o Criador que nos deu vida.
O dia de Tú BiShevát é celebrado comendo-se as diversas espécies de frutos com as quais  a Terra de Israel foi abençoada:  tâmaras, romãs, figos, uvas e azeitonas. Também é celebrada com o plantio de árvores em Israel.
Os cabalistas da cidade de Tsfat (Safed), em Israel, compilaram no século 16 um ‘Seder’ de Tu BeShevát algo parecido com o Seder de Pêssach, com meditações e explicações sobre as dimensões espirituais das frutas, junto com suas bênçãos, músicas e seus significados mais profundos.
O homem é comparado a uma árvore. No livro Pirkê Avót (Ética de Nossos Ancestrais ou pais, no sentido espiritual) está escrito o seguinte: “Uma pessoa cuja sabedoria excede seus bons atos é comparada a uma árvore cujos galhos são numerosos, porém com poucas raízes. Um vento forte bate e acaba arrancando a árvore de seu lugar. Entretanto, uma pessoa cujos bons atos excedem sua sabedoria é comparada a uma árvore com poucos galhos, mas cujas raízes são numerosas. Mesmo se todos os ventos do mundo a açoitarem, eles não conseguirão movê-la de seu lugar (Pirkê Avót, capítulo 3, mishnáh 22)”.
Da mesma maneira que uma árvore necessita de solo, água, ar e luz solar, assim as pessoas precisam estar espiritualmente enraizadas e conectadas a uma fonte de nutrição. Água para as árvores, sabedoria da Toráh para nós, como Moisés proclamou: “Possam meus ensinamentos gotejarem como o orvalho” (Devarim 32:2). Ar para as árvores e espiritualidade para nós, como declara a Toráh: “D’us soprou a vida nas narinas do Homem” (Bereshit 2:7). Luz solar para as árvores e o calor da amizade e da comunidade para os seres humanos.

El árbol: El Reflejo del Pueblo Judío

El árbol: El Reflejo del Pueblo Judío

Este miercoles 31 de enero, es Tu Bishvat, es decir el 15avo día del mes de Shvat, que es cuando comienza el año nuevo para los árboles frutales (Tratado Rosh HaShanáh 1:1). Hasta Tu Bishvat cayeron la mayoría de las lluvias del año, y las reservas de agua llegaron al nivel requerido para brindarle al árbol ese precioso elemento tan necesario. El árbol en invierno pierde sus hojas, su verdor desaparece, su apariencia se deteriora, parece como si estuviese a punto de marchitar. Pero en el interior, en lo profundo, sucede justo lo contrario: en esa etapa de recogimiento la savia se limita a circular en el tronco y algunas ramas, y si bien es cierto que eso coarta la expresión de vida exterior, en el interior los elementos necesarios para el crecimiento y nuevo renacimiento del árbol en la primavera son preparados y acumulados. Y es gracias a ellos que cuando llega la primavera, de pronto el árbol comienza a brotar, sus ramas recobran su verdor y se extienden, nuevas hojas frescas aparecen, el árbol florece y de sus flores surgirán preciados y dulces frutos. Todo eso, gracias al período de recogimiento invernal necesario, que en realidad, es el que prepara el futuro fruto, que será maduro y alimenticio.
También la persona es así: “Porque el hombre es un árbol del campo” (Devarim - Deuteronomio 20:19). Hay etapas en la vida en que la persona se recoge, se cultiva, se concentra en sí misma. A primera vista, parece que pierde su tiempo, "no hace nada", invierte todo su tiempo y energía en conocerse a sí mismo, en elevarse paso a paso y colmar su espíritu con el estudio. Y después, al término de esa etapa de estudio y sondeo, de pronto comienza a brotar, a mirar a su entorno, y a dar frutos  maduros, dulces y alimenticios para su beneficio y el de todo el pueblo. ¡Cuánto debemos aprender de los árboles, que saben armarse de la paciencia y la perseverancia para esperar el período de tiempo necesario de recogimiento!
Cuando la persona es impaciente, y pretende acortar ese período, los frutos que podrá brindar no serán maduros,  faltándoles la preparación necesaria, y su capacidad de brindar será limitada.
También Am Israel (el Pueblo de Israel) es comparado con el árbol: “Como los días de un árbol, serán los días de Mi pueblo” (Ieshayahu - Isaías 65:22). En el galut (exilio) nos recogimos, nos concentramos en la parte más espiritual, y las expresiones de vida eran casi inexistentes.
Fuera de nuestra tierra, diezmados y perseguidos, no podíamos dar frutos. Incluso hubo quienes pensaron que ese pueblo se había marchitado, y que no podría volver a cobrar nueva vida. Pero en el interior, la vida espiritual de la nación continuó, sin revelarse. Esperamos durante 2000 largos años de invierno el momento en que pudiésemos volver a vivir nuestra vida en forma plena. Y finalmente, D-os nos hace despertar del letargo invernal: “Habla mi amado, y me dice: ¡Levántate, amiga mía, hermosa mía, y vente! Porque ha pasado el invierno, la lluvia se ha acabado y se ha ido, las flores se ven en la tierra, el tiempo del cantar de las aves ha llegado, y la voz del ruiseñor se oye en nuestra tierra” (Shir HaShirim – El Cantar de los cantares 2:10-12). Am Israel vuelve a cobrar vida, se levanta de las cenizas del Holocausto, las ancianas ramas se cubren de verdor y nacen frescas hojas, y una nación vigorosa vuelve a palpitar en su tierra.
Y no está lejano el día en que veremos las flores transformarse en dulces y maduros frutos, que perfumarán y regocijarán a toda la humanidad, cuando llegue el momento apropiado: “Yo también los traeré a ellos a Mi santo monte, y los haré gozosos en Mi casa de oración, sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre Mi altar, porque Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos” (Ieshayahu - Isaías 56:7).
 Rav Lic. Rubén Najmanovich