domingo, junho 29, 2014

¿Qué les Ocurrió a los Judíos de Arabia?

¿Qué les Ocurrió a los Judíos de Arabia?

Arabia_Saudita

Una historia que debería estremecer a todo judío.

¿Sabías que Arabia Saudita albergó alguna vez una próspera comunidad judía? Durante casi mil años (tres veces más que el tiempo que los judíos han estado en Estados Unidos), los judíos vivieron en los oasis de Teima, Khaibar y Yatrib (conocida posteriormente como Medina), en la Península Arábica del norte. De acuerdo al Dr. Hagai Mazuz, un orientalista especializado en lenguaje árabe, Islam y cultura islámica, "La comunidad judía del norte de Arabia fue una de las comunidades judías más grandes en la historia del pueblo judío"1.

Eran poderosos y ricos; eran respetados por las tribus árabes locales gracias a su religión, cultura, erudición y alfabetización. Construyeron castillos en la cima de las montañas y desarrollaron productivas plantaciones. Tenían poderío militar, caballos y armamento avanzado. Y fueron aniquilados casi por completo en unos cuantos años.

Su historia debería hacer que todo judío se estremezca.

Los judíos de Medina estaban divididos en tres grupos: los Banu Qaynuqa eran herreros, fabricantes de armas y orfebres. Los Banu Nadir tenían plantaciones de dátiles. Los Banu QuaryUa eran mercaderes de vino. Estos grupos discutían a menudo, y en ocasiones, la hostilidad entre ellos llevaba incluso a peleas.

Cuando Mahoma huyó de la Meca, en el año 622, fue a Medina. En un principio hizo una alianza con los judíos. Estudió en sus salas de estudio y adoptó muchas de sus costumbres para su incipiente religión (como no comer cerdo). Pero cuando, después de dos años, no pudo convencer a los judíos para que lo aceptaran como profeta y se convirtieran a su religión, su actitud se volvió hostil. Les instruyó a sus amigos que asesinasen y decapitasen a Kabn Ibn al-Ashraf, un conocido poeta judío, jefe de los Banu Nadir (los plantadores de dátiles) y les ordenó a sus seguidores: "Maten a todo judío que puedan"2.

Luego Mahoma sitió a los Banu Qaynuqa (la tribu de herreros), sabiendo que las otras dos tribus judías no irían en su ayuda. A pesar de que los Banu Qaynuqa eran guerreros proficientes, la falta de comida y agua que generó el sitio los debilitó hasta el punto de tener que rendirse.

¡Detén la historia aquí! Si yo estuviera leyendo un guión de Hollywood con esta trama, lo rechazaría por ser surrealista y absurdo. He aquí que Mahoma, el protagonista, ha declarado abiertamente su intención de matar a todo judío y ha comenzado su campaña de asesinato con la horrorosa degollación del líder de la tribu de los plantadores de dátiles.

¿Es la unidad judía una píldora tan amarga que los judíos preferirían tragar cianuro primero?

Las fuerzas de Mahoma eran, en ese punto, más débiles que lo que hubiesen sido las fuerzas judías combinadas. ¿Por qué los granjeros y los mercaderes de vino no se unieron para terminar el sitio y salvar a los herreros? ¿Cómo pudieron quedarse de brazos cruzados y dejar que sus hermanos murieran? Incluso si odiaban a sus hermanos judíos, seguramente debieron haberse dado cuenta que unirse para erradicar a las fuerzas asesinas de Mahoma sería para su propio bien en el largo plazo. ¿Y se supone que estos eran los “inteligentes” judíos? Burlándome, mandaría esta película a la papelera de reciclaje.

Sin embargo la historia humana es menos sensible que Hollywood. Las otras dos tribus judías no hicieron nada para salvar a los herreros judíos. Después de su rendición, Mahoma quiso asesinar a la tribu conquistada, pero su aliado Abdula Ibn Ubay evitó la masacre y éstos, en cambio, fueron exiliados a Edri (ahora en Jordania).

Mahoma confiscó todos sus bienes. Y un año después, fortalecido por la riqueza judía que había capturado, Mahoma fijó su atención en la siguiente tribu judía: los plantadores de dátiles. Para asegurarse de que la tribu de los mercaderes de vino no fuera al rescate de sus hermanos judíos, Mahoma hizo una alianza con ellos.

¡Esto es una locura! El crítico que hay en mí, que ha rechazado muchos complots alocados, no puede admitir este. Los mercaderes de vino tendrían que haberse bebido todo su vino y haberse emborrachado completamente para aliarse con un enemigo de los judíos en contra de su propio pueblo. ¿Es la unidad judía una píldora tan amarga que los judíos preferirían tragar cianuro primero?

Las fuerzas de Mahoma sitiaron a los plantadores de dátiles judíos en el año 625. Al igual que la tribu judía anterior, ellos sucumbieron ante el sitio. Y nuevamente Abdula Ibn Ubay intervino y, en lugar de matar a los judíos conquistados, Mahoma los exilió a la ciudad de Khaibar, la cual de acuerdo a la tradición musulmana era habitada por descendientes de la tribu sacerdotal judía.

Tres años después Mahoma conquistó Khaibar, la ciudad más rica del norte de Arabia. Dado que los musulmanes no sabían nade de agricultura, Mahoma permitió que la mayoría de los judíos viviera como dimmis, ciudadanos oficialmente de segunda clase que debían pagar impuestos exorbitantes. Eventualmente, el segundo califa expulsó a los judíos de Khaibar, obedeciendo la política de Mahoma que sólo permitía que la religión del Islam fuera practicada en Arabia.

De vuelta en Medina, la tribu de mercaderes de vino sólo tuvo dos años para disfrutar de ser los únicos sobrevivientes judíos. Hasta que en el año 627, Mahoma, junto a 3.000 hombres, sitiaron la fortaleza de los judíos. La tribu judía tenía tan sólo 450 soldados entrenados. Como Abdula Ibn Ubay había muerto hacía unos meses, ellos sabían que nadie intercedería en su favor. El líder de los judíos asediados propuso que se convirtieran al Islam o que, similar a lo ocurrido en Masada, mataran a sus propias mujeres e hijos para evitar que fueran violadas y esclavizadas, y luego lucharan contra los musulmanes hasta la muerte. Los judíos rechazaron ambas opciones y ofrecieron rendirse y abandonar Medina.

Mahoma rechazó su oferta. La tribu conquistada de mercaderes de vino, que se había negado en dos ocasiones a ofrecer ayuda a las otras tribus judías asediadas, tuvo la peor suerte de todas. Los niños fueron vendidos como esclavos, las mujeres fueron entregadas a los soldados victoriosos "para uso de los musulmanes", y los hombres (a excepción de tres que aceptaron convertirse al Islam) fueron decapitados en el mercado. De acuerdo a la tradición musulmana, la sangre de los judíos decapitados inundó el mercado de Medina.

Una gran, poderosa y afluente comunidad judía fue destruida en sólo tres años. ¿Fue destruida por las fuerzas de Mahoma o por su propia división interna?

Nuestros sabios dicen que el Templo Sagrado no fue destruido por la superioridad de las fuerzas romanas, sino por sinat jinam, el odio infundado entre los judíos.

"Quienes no aprenden de la historia están condenados a repetirla". Aparentemente, los judíos de Arabia no habían aprendido de nuestra trágica historia.

¿Cuántas veces tendremos que repetirla?


  1. “Masacre en Medina”, Segula Magazine, 3ra edición.
  2. Ibíd. El Dr. Mazuz, que es un Consultor Sénior del Gatestone Institute, basó su artículo "Masacre en Medina" solamente en fuentes musulmanas.

quinta-feira, junho 26, 2014

Vacaciones - Jofesh

Vacaciones

vacaciones

Sustantivo femenino plural que se refiere al periodo de tiempo en el que una persona descansa de sus actividades rutinarias, y que están hechas para prevenir estrés, o para incrementar la productividad de una empresa, en el resto del año; que generalmente se realizan en forma de actividades recreativas fuera de los lugares habituales donde se reside y,  en periodos que dependen del país y la temporada del año.

El origen de la palabra vacaciones deriva varias acepciones, por lo general tomadas del latín: una de ellas, vacans, participio del verbo vacare: estar libre, desocupado, vacante (como un puesto de trabajo).Otra de ellas, Vacuus: vacío, desocupado libre. Vacui dies: días de descanso; por último el vocablo Vacatio (-ionis): que significa a un tiempo vaciamiento y suspensión de las actividades normales. Por este motivo, este retiro debería ser un sereno adentramiento en la profundidad del propio ser, lejos del entorno cotidiano…

Como dato curioso encontramos que, hasta principios del siglo 20 de la era común, era práctica de los médicos, que ellos escogieran las vacaciones para sus pacientes, como lo hacían también con los medicamentos.

Acerca de las vacaciones hay algunas frases como las siguientes:

* Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Elbert Hubbard

* Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte. François de la Rochefoucauld

* Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero. Antoine de Saint-Exupery.

* El amor se parece a las vacaciones, las esperas con ansias, las vives con contradicciones y las recuerdas con melancolía. Anónimo

* Si regresas a casa tan feliz como te has ido, has tenido unas buenas vacaciones. Anónimo

* La risa es una vacación instantánea. Milton Berle

* Las vacaciones son no tener nada que hacer y todo el día para hacerlo. Robert Orben

* ¿Cuánto deben durar las vacaciones? Lo suficiente para que su jefe lo extrañe, pero no tanto como para que se dé cuenta de que se las puede arreglar sin usted. (Atribuido a varios autores)

* La vida son las vacaciones de la muerte. Anónimo

* El que viaja solo, viaja más de prisa. Rudyard Kipling.

* Las vacaciones demuestran que una vida de placer está sobre valorada. Mason Cooley

* Las verdaderas vacaciones no son viajes de descubrimiento, sino un ritual de tranquilidad. Andrew Philip Adams

* El arte del descanso es tan importante como el arte de trabajar. John Steinbeck

Si hablamos de las vacaciones desde el punto de vista judío, podemos empezar por darnos cuenta que la vida judía también consta de días laborables y días festivos; que  el almanaque nos muestra cómo están  repartidos los días,  a lo largo y ancho del año, sea para trabajar, o para tener un respiro del trajín de la rutina del trabajo diario, y que en nuestra vida requerimos de un descanso y de un adecuado disfrute en los momentos en los cuales no estamos laborando…

En el judaísmo tenemos “días de descanso” y días festivos: sin embargo, los que llamamos días festivos, no están en el calendario judío simplemente para que nos brinden descanso y nos permitan tomarnos vacaciones de la vida diaria judía; por el contrario, ellos se caracterizan por hacernos caer en cuenta de nuestras obligaciones religiosas y reforzar nuestro contacto con El Todopoderoso, gracias a las oraciones que tiene cada uno de estos días festivos y que empleamos en esos momentos específicos: ¿Qué se quiere decir con ello? Que, por ejemplo, cuando bailamos con la Torá en Simjat Torá, somos otras personas, muy distintas a aquellas que se encuentran detrás de cuatro paredes, en una actividad que podemos llamar repetitiva y rutinaria, que es nuestro trabajo…

Sucede que cuando estamos en contacto con Nuestro Creador, nos viene a la mente el primer Mandamiento que nos dice: “Yo soy el Señor, tu EloKim, quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud. No tendrás otros dioses además de Mí”. Con lo que entendemos que Él es quien nos otorga todas las herramientas, tanto físicas como espirituales, para nuestro diario vivir, las cuales sirven para enmendar y crear, sea mucho o poco”.

Los festivos en el judaísmo, están caracterizados, especialmente aquellos que tienen más de dos días de duración, a tener un día de guarda y un día llamado “jol hamoed” en el cual se disminuyen las restricciones de las melajot o trabajos, tal vez con el fin que dejemos un poco de tiempo libre de nuestros compromisos para demostrar que nuestra relación con nuestro Creador es una parte verdadera e importante de nuestras vidas.

Un ejemplo de lo plasmado en la situación anterior, es el Shabat, durante el cual nuestra obligación, es no comprometernos en ninguna de las actividades que normalmente hacemos durante la semana, durante un período de tiempo variable, que puede durar, según la ubicación geográfica de la ciudad o país donde nos encontremos,  hasta veintisiete horas, empezando el viernes cuando baja el sol y extendiéndose hasta el anochecer del sábado, porque está escrito “Seis días trabajarás y harás toda tu tarea, pero el día séptimo es Shabat, consagrado a Hashem, tu EloKim, no hagas ninguna tarea…” (Shemot / Éxodo 20:9-10)

El “no hacer nada” en Shabat nos permite desconectarnos de nuestros asuntos cotidianos; es decir, nos tomamos un descanso, unas vacaciones, que nos van a permitir estar cara a cara con nosotros mismos y con Nuestro Creador, de la misma manera que cualquiera de las festividades judías que hay en el calendario y que nos obligan a hacer un alto en el camino.

Unas vacaciones son aquellas que nos permiten estar espiritualmente despejados, que nuestra atención esté volcada hacia la arquitectura que nos rodea, o hacia las ilustraciones, o la belleza natural intacta, al igual que nos permite conocer gente, y tener tiempo para pensar.

Shabat es un poderoso recordatorio que nos devuelve al principio. Es una reunión con nuestra propia esencia. Es un retorno a la perfección que existió después de los seis días de Creación, antes del pecado.

El Shabat, y las festividades, al alejarnos de nuestro mundo cotidiano, nos permiten estar espiritualmente despejados y tener tiempo para pensar, al estar en ese contacto, por pequeño que sea, con nuestro creador.

Es por ello que Bore Olam (El Creador del Mundo) nos dice: “Abre para mí una apertura del tamaño de la punta de una aguja y yo abriré para ti la apertura del tamaño del portón del Ulam. (Se considera que el Ulam poseía una apertura de 20 x 40 metros a través de la cual se ingresaba al recinto central del Beit Hamikdash).

Algo que nos puede enseñar más acerca del concepto de vacaciones que brindan las festividades judías, nos la deja la Cabaláh cuando nos dice que El Creador tomó seis días para crear un escenario en donde somos todos actores, Posterior a ello, dejo “un espacio vacío” al que llamamos “mundo”, y en ese “hueco”  que dejó, permanece oculto para que hagamos “lo mismo que Él: seis días cada semana actuando con el mundo, y luego descubriendo y disfrutando de la Divinidad que hay en todas las cosas; es decir, descansar de la “actividad creadora” porque durante esos seis días estamos muy ocupados conquistando espacio, cerrando tratos, creando productos, construyendo edificios, viajando por la súper-autopista de la información; entonces, como está escrito:  HaShem terminó en el séptimo día el trabajo que Él había hecho, y descansó en el séptimo día de todo el trabajo que Él había hecho. Y D-os bendijo el séptimo día y lo hizo santo, porque en él, Hashem descansó de todo el trabajo que había creado para hacer (Bereshit / Génesis, 2:1-3).

Entonces, con el Shabat nos deshacemos de todas aquellas cosas en las que estamos atrapados durante esos seis días de la semana, y  nos demostramos a nosotros mismos que no estamos esclavizados por nuestra rutina diaria… Interactuamos con Nuestro Creador, porque El Eterno desea que lo reconozcamos como una inmensa parte de nuestras vidas, y es por ello que Él nos brinda días festivos, con la esperanza que durante esos momentos de inspiración podamos permitir que Él entre en nuestros corazones, deseando que le autoricemos a quedarse, logrando lo que realmente buscamos en las vacaciones que tomamos cuando estamos agotados del estrés normal de la cotidianidad: El busca y quiere que no lo desterremos como si fuera una ceremonia de havdalá la cual pronunciamos al concluir el día festivo.

Veamos la siguiente anécdota acerca de las vacaciones:

Un hombre pidió permiso en su trabajo para salir de vacaciones con su familia aprovechando que venían las fiestas judías. Le había sido difícil conseguir el permiso anteriormente debido a la cantidad de pendientes de los que se debía ocupar en su puesto. Cuando por fin su jefe accedió a autorizarle tres días de vacaciones le dijo: “Puedes ir tú y tu familia, pero me dejas las tarjetas bancarias”.

El hombre pensó por un segundo y respondió: “En realidad utilizaré mis vacaciones para celebrar las fiestas judías y asistir a los servicios religiosos. En ocasiones, uno tiene que hacer donativos a la sinagoga o hacer gastos inesperados para la fiesta y necesito mi dinero. ¡Si voy a salir de viaje voy a ir con todas mis pertenencias, por si acaso necesito hacer un pago no previsto!”.

De la misma manera Moshé responde a Faraón en la parashá Bo cuando después de la novena plaga –oscuridad- Faraón accede de manera renuente, pero llena de orgullo a que salgan los Israelitas al desierto por tres días para servir a Su Creador, pero siempre y cuando no se lleven su ganado. La respuesta de Moshe “Si vamos iremos con todas nuestras pertenencias porque no sabemos qué nos vaya a pedir el Señor” enfurece a Faraón de tal manera que echa a Moshe fuera de su presencia para siempre.

Y es que cuando uno va a servir al Eterno, debe estar dispuesto a dar todo, aun si esto implica gastos imprevistos o no caerle bien a tu jefe.

De la misma manera cuando utilizamos los festivos del calendario judío para tomarnos las “vacaciones”, porque con ellas nos damos cuenta, no que tanto apreciamos nuestro trabajo, sino que tanto apreciamos lo que hacemos; no apreciamos como lo hacemos, sino nuestros logros, y aprendemos que no debemos tratar de darle forma al mundo que nos rodea en algo que satisfaga nuestras necesidades, sino que empezamos a apreciar el mundo por lo que es; aprendemos que no debemos hacer cambiar a nuestra pareja para satisfaga nuestras necesidades, sino por lo que es ahora y por en lo que se puede convertir en el futuro; Y si lo hacemos, estaremos “un paso adelante” habiendo adquirido para nosotros, y para las generaciones por venir, una porción del Cielo en la tierra.

terça-feira, junho 24, 2014

Halajá Diaria

Halaja of the Day

ה ' אָמַר אֵלַי בְּנִי אַתָּה אֲנִי הַיּוֹם יְלִדְתִּיךָ

Este Mizmor fue compuesto por el rey David en el comienzo de su reinado. Todos los reyes filisteos (pelishtim), temerosos del nuevo rey judío, se unieron a conspirar contra David y su pueblo.

Los filisteos pensaban, y se jactaban, que podrían derrotar fácilmente a Israel.

En el versículo 2:4 David describe lo que ocurría en el cielo, mientras los enemigos de Israel imaginaban nuestra destrucción.
יושב בשמים ישחק
"[D-os], sentado en Su trono celestial, ríe" Esta poderosa expresión literaria, "HaShem se ríe" se usa aquí para expresar que los enemigos de Israel, cuando planean sus batallas y ataques contra nosotros, no toman en cuenta la intervención de Hashem para protegernos.

David HaMelej dice que aunque Hashem interviene en todas las áreas de nuestra vida personal, Su supervisión es absolutamente critica cuando nuestros enemigos conspiran contra nosotros.

En 2:7 David HaMelej explica "cómo" HaShem protege a Israel.
ה' אמר אלי בני אתה
"HaShem me dijo: Tú eres mi hijo". En primer lugar, aprendemos que Hashem nos quiere como un padre quiere a su hijo. Paso seguido, David HaMelej nos lleva a un nivel más profundo en la comprensión del amor de D-os por nosotros.
אני היום ילידתיך
"Hoy, has nacido de mí"

Dos ideas diferentes se encuentran en este verso: "hijo" y "bebé recién nacido". ¿Por qué?

1. Imaginemos a una madre con su hijo de ocho o nueve años en el parque. Mientras que él está jugando con otros niños o por su cuenta, la madre lo supervisa. Por lo general, ella sólo lo ayudará cuando su hijo lo solicite. Un bebé, en cambio, es diferente. Un bebé recién nacido requiere atención, supervisión y cuidado total 24 horas al día, 7 días a la semana.  Una madre no abandonará a su hijo recién nacido, ni siquiera por un breve momento. La madre alimentará, ayudará y asistirá a su bebé todo el tiempo. Incluso cuando el bebé no se lo pida.

2. Un niño de nueve años de edad sabe lo que necesita y reconoce la intervención de su madre cuando ésta lo ayuda. Un bebé, por otro lado, no es consciente de lo que necesita. La madre le da de comer, lo nutre y lo protege sin que él sea consciente de todo lo que madre hace por él.
David HaMelej dice que el nivel máximo de protección que HaShem nos provee, es cuando Él nos protege como una madre cuida a su bebé recién nacido.

Pienso en "Israel" como un bebé bajo la constante supervisión invisible de Hashem. Todos sabemos que muchas cosas malas suceden en Israel. Pero pensemos en esto: Medinat Israel está en medio de la zona más volátil del planeta. Rodeado de las personas más violentas del mundo. Kamikazes, que no les importa inmolarse si matan a un judío durante el proceso. Personas, para quienes el deseo de destruir a Israel es el único deseo más fuerte que el deseo de destruirse unos a otros. Y muchos de ellos viven dentro de Israel.

Estamos todos muy tristes por las cosas trágicas que suceden en Israel en estos momentos. Pero al mismo tiempo tenemos que estar sorprendidos, y muy agradecidos a Hashem, por todas las tragedias que no están sucediendo en Israel, y de la cuales, ni siquiera somos conscientes.

Nuestro increíble IDF tiene un gran papel en esta empresa, actuando como agentes de HaShem en la protección de nuestro pueblo. Pero por encima de todo esfuerzo humano, es HaShem Quién nos protege de una manera que nosotros, como un bebé recién nacido, no podemos ni siquiera empezar a darnos cuenta.

En honor a Eyal Yifrach, Gil-ad Shaar, Naftali Frenkel,

ה' ישמרם ויחייהם

אחינו כל בית ישראל, הנתונים בצרה ובשביה,
העומדים בין בים ובין ביבשה

המקום ירחם עליהם ויוציאם מצרה לרווחה
ומאפילה לאורה ומשעבוד לגאולה
השתא בעגלא ובזמן קריב

Esta Halajá Fue escrita por el Rav Yossef Bitton

domingo, junho 08, 2014

Breve idéia de Mikvéh

Breve idéia de Mikvéh

mikveh

Mikveh1

É usada para se referir a uma esperança em Hashem (Forma de Denominar a D’us). No Livro de Jeremias, a palavra mikvéh é usado neste sentido, com mikvéh é a associação com a chuva com o sentido da "água viva" a ser dado um efeito metafórico:

Ó Senhor, o [mikvéh] de Israel, todos os que deixam você vai ter vergonha ... Porque abandonam Hashem[1], a fonte de água viva.[2]

Há qualquer um dos ídolos inúteis das nações, que podem causar chuva? Ou podem os céus dar chuvas? Não é você, Hashem nosso D’us e nós não [mikvéh] para você? Por que você fez todas estas coisas.[3]

No Mishnáh[4] (Tradição Oral) , na seqüência de uma discussão sobre o Yom Kipur (Dia do Perdão), a imersão em um Mikvéh é comparada pelo rabino Akiva com a relação entre D’us e Israel. Akiva refere-se à descrição no livro de Jeremias, de D’us como o Mikvéh de Israel , e argumenta que apenas como um mikvéh que purifica os contaminados, assim que faz o santo, ele é abençoado, purificar Israel .[5]

No judaísmo ortodoxo, esta regulamentação está firmemente aderida e, conseqüentemente, a mikvéh é fundamental para uma comunidade judaica ortodoxa, e que mantenha formalmente o Judaísmo de acordo as normas e regulamentos. A existência de um mikvéh é considerada tão importante no judaísmo ortodoxo, que para uma comunidade ortodoxa é necessário construir um mikvéh antes de construir uma sinagoga, e deve ir ao extremo de vender um rolo da Toráh é uma sinagoga, se é necessário, para proporcionar financiamento para a construção.

De acordo com estas regras, uma mikvéh deve ser conectada a uma fonte natural ou bem natural de água e, portanto, podem ser fornecidos por rios e lagos que têm fontes naturais como a sua fonte.[6] A cisterna cheia por causa da chuva também é permitido para atuar como mikvéh de um abastecimento de água. Da mesma forma, neve, gelo e granizo estão autorizados a agir como o abastecimento de água a um mikvéh, enquanto ele derrete em uma determinada maneira.[7]

A exigência clássica de imersão total é tradicionalmente interpretada como exigindo que água, literalmente, deve tocar cada parte do corpo, e por esta razão todas as roupas, jóias, e até mesmo bandagens devem ser removidos. O homem se mergulha sete vezes como se fosse um sapo, e colocando seu corpo dentro da água em forma fetal, sem que seus pés toquem o piso da mikvéh ou se fosse uma fonte natural, rio ou lago, não tocar podemos dizer, areia ou terra, a água tem que cobrir todo, se mergulha uma vez, como se indicou, toma ar, se mergulha, uma segunda vez se toma ar, e assim sucessivamente, por sete vezes. Antes de fazer a primeira vez deve-se meditar em todo aquilo que se deseja e se compreende em idéia que devemos melhorar ou purificar.


[1] Hashem – O Nome, uma das formas de ser Chamado D’us dentro do Judaísmo Ortodoxo e Tradicional.

[2] Jeremias Capitulo 17 versículo 13

[3] Jeremias Capitulo 14 versículo 22

[4] Mishnáh vem da palavra repetir e por tanto é a tradição oral que reitera com maior amplidão o que esta escrito na Toráh ou A Lei de Moises, foi compilada no século II d.e.c

[5] Talmud Babilônico, tratado Yoma 85b

[6] Literatura Rabínica para o Livro Levítico capítulo 11 versículo 36.

[7] Mishnáh, Tratado Mikvaot capitulo 7, mishnáh 1

Un milagro en el Holocausto

Amor entre las Ruinas

Extraido de Pequeños milagros del holocausto

Amor en el holocaustoamor en el holocausto1

Para los sobrevivientes de los campos de concentración nazis, el fin de la Segunda Guerra Mundial y la Liberación no fueron tiempos de un júbilo no presagiado. De hecho, la finalización de la guerra creó su propia serie de desafíos. Los que se habían alzado por encima de todas las probabilidades se encontraron de repente solos, despojados de cada uno de los últimos miembros de sus familias. La idea de reconstruir sus vidas era desalentadora, ya que estaban debilitados y frágiles no sólo en cuerpo sino también en espíritu. Howard Kleinberg no era una excepción.

Era la primavera de 1945 y Howard yacía entre los cadáveres de los campos de Bergen-Belsen de Alemania. El joven de dieciocho años ya no tenía más las fuerzas para hacer frente al tifus que sofocaba todo su ser. Preferiría la muerte a este miserable estado, pensaba para sí. Apenas capaz de arrastrarse, se tendió en el suelo, rogando a su Hacedor que lo liberara de su miseria.

De la nada, aparecieron tres mujeres. La más joven era una muchacha de tan sólo dieciséis años. Observó a Howard con una mirada resuelta. Era él un mero esqueleto, pero había en sus ojos un destello de vitalidad.

—Me lo llevaré —les dijo a las otras—. Lo salvaré.

—Es demasiado tarde. Está más muerto que vivo —replicaron las mayores.

—Pero tiene los ojos abiertos —afirmó la adolescente, persistiendo—.

Todavía no está muerto.

De algún modo, las mujeres se las arreglaron para llevar a Howard a los barracones. Estaba tan debilitado que lo único que podía hacer era dormir. No dejaba de cobrar y perder la conciencia durante días. Apenas podía hablar. Pero la joven nunca se rindió. Le daba en la boca todo bocado de comida que pudiera encontrar. La comida entraba y salía. Y la joven se inclinaba apoyándose en manos y rodillas para limpiarlo. En un momento Howard despertó sobresaltado.

—Necesito un doctor —anunció, consciente de lo enfermo que estaba. Pero no había ningún doctor.

—No te preocupes… yo te salvaré —dijo la dulce joven, tratando de serenarlo. Volvió a quedarse dormido.

Después de tres semanas de este estado nebuloso, Howard sintió retornar un atisbo de fuerza. Abrió los ojos. No había nadie en los barracones. ¿Dónde estaban las mujeres, en especial la joven que lo había salvado? ¿Las habían obligado a irse? ¿Se habían ido por cuenta propia? No podía creer que, después de todo lo que habían hecho, sencillamente lo abandonaran y desaparecieran. Pero los barracones estaban desiertos y él sabía que si había de sobrevivir necesitaría del cuidado de un médico. Y, así, corrió el riesgo. Cayó rodando de su litera y, incapaz de caminar, se arrastró por los campos, avanzando lentamente hacia el medio del camino. Una vez allí, se tendió. O bien esta cruel vida llegaría de una vez por todas a su fin o bien, quizá, tan sólo quizá, alguien lo encontraría.

Al cabo de unos minutos lo avistó un vehículo militar británico.

Lo recogieron y lo llevaron sin demora a un hospital, donde pasó seis meses bajo cuidados intensivos.

Cuando se restableció, Howard regresó a Bergen-Belsen en busca de la joven que le había salvado la vida. Pero, por supuesto, se había ido hacía mucho y el campo estaba ahora desolado, liberado meses atrás. Howard se sintió abatido. Necesitaba encontrar a la joven, agradecerle, quizá pagarle de alguna forma especial, pero ahora dudaba de poder alguna vez hacerlo. Eran momentos de agitación; si perdías a alguien de vista, había probabilidades de que nunca volvieras a verlo o a verla. Lo único que le había quedado de esta joven era su nombre: Nejama Baum.

Hija única, Nejama Baum —o Naju, como la llamaban— era de cabellos rubios y espíritu resuelto. Creció haciendo las veces de una segunda «mamá» para sus cinco hermanos varones. Antes de ir a Bergen-Belsen, Naju había estado en Auschwitz, donde arriesgó repetidamente la vida pasando cigarrillos de contrabando. Los vendía en el mercado negro por algunos sorbos de sopa para darle de comer a una amiga enferma. Compartía todo bocado de pan en el que pudiera poner las manos con su tía, Toby, que dormía junto a ella en los mismos barracones de madera.

Una vez, al pasarle a su amiga una lata de sopa por el alambre de púas, las manos de Naju rozaron la cerca y cayó al suelo, electrocutada. Unas jóvenes se acercaron corriendo a su lado y la reanimaron. El incidente no la desalentó. Siguió arriesgando su vida, tratando de salvarse a sí misma y a otros. Mientras los rusos se acercaban a Auschwitz, los nazis sacaban de los campos de muerte a los judíos que quedaban con vida para transportarlos en la marcha de la muerte. Naju le pasó al kapo, el prisionero a cargo de los internos, un paquete de cigarrillos a cambio de una garantía de que no la separarían de su tía. Caminaron tres días seguidos bajo el sol del enero septentrional, sin comida ni descanso. En cierto momento su tía sufrió un colapso y se negó a proseguir.

—Nos matarán —le suplicó Naju a su tía.

—Entonces moriré —dijo Toby, resignada a su destino.

Naju no permitiría que aquello sucediera. Débil como estaba, levantó a su tía y siguió caminando. Aquella noche, los alemanes les permitieron finalmente descansar unas horas en un granero. Al día siguiente, estaban rumbo a Bergen-Belsen. Allí no había crematorio, pero el campo era no obstante una pesadilla.

El 15 de abril de 1945 Bergen-Belsen fue liberado. Fue para Naju una ocasión jubilosa, pero aquella alegría no duró mucho. El conocimiento de que nunca volvería a ver a sus padres le rasgaba el corazón. Había cadáveres dondequiera que mirara. Sin embargo, Naju trató de permanecer optimista. Con la ayuda de unas amigas, tomó control de un cuartel que habían dejado los alemanes en su rápida huida. Había dos literas de cada lado y una pequeña estufa en medio de la habitación. Era un palacio comparado con los galpones hacinados en los que habían vivido antes.

Fue entonces que Naju avistó a Howard Kleinberg yaciendo en los campos que rodeaban Bergen-Belsen, prácticamente muerto. Estaba en la búsqueda de su amado hermano, tratando de encontrarlo entre los montículos de cadáveres, cuando vio que uno de ellos se movía. Al acercarse, reconoció que el cuerpo esquelético pertenecía a un muchacho de su propio pueblo, un conocido de su hermano. Insistió en salvarlo, a pesar de los recelos de su tía y otra mujer que las acompañaba. Si lo salvo, tal vez otra persona salve a mi hermano, pensaba con esperanzas.

Naju le cedió su cama a Howard y se pasó a la litera de arriba con su tía y otras dos jóvenes. Lo cuidó durante tres semanas. Entonces, un día, cuando regresó de su salida diaria en busca de comida, él se había ido. Estaba decepcionada, incluso enojada. ¿Qué le había sucedido al joven?, se preguntaba ella. ¿Irse así, sin siquiera despedirse?

La supervivencia del día a día le impidió quedarse con estas preguntas demasiado tiempo. Después de enviarle cartas a un tío de Israel, que no tuvieron respuesta, recibió noticias de su prima Yetta de Toronto. «Querida niña… hay una habitación que te está esperando ». Naju se sentía rebosante de júbilo. En junio de 1947 se embarcó en un contingente infantil hacia los Estados Unidos. Pasó varias semanas en Buffalo, Nueva York, donde vivió con otros parientes, a la espera de una visa para Toronto. Un mes después, llegó a Toronto, al hogar de Yetta e Izzy Horenfeld, una pareja sin hijos que la adoptó como su propia hija.

Las noticias de la llegada de Nejama Baum se propagaron rápidamente por toda la unida comunidad judía de Toronto. Si bien hoy Toronto es una gran metrópolis con una población judía numerosa y próspera, en los años inmediatos a la posguerra los judíos vivían en una sola manzana y estaban todos al tanto de la vida de los demás. Y las noticias de jóvenes sobrevivientes recién llegados eran una primicia especialmente agradable.

Casi de inmediato, la agalluda muchacha se ganó un grupo de admiradores. Se volvió pronto muy popular: en especial entre los hombres jóvenes. Sin que Naju lo supiera, su llegada fue una noticia especialmente emocionante para un joven sobreviviente: Howard Kleinberg, el muchacho al que ella había salvado, aquel del que ella se había prácticamente olvidado. Resultaba haber llegado a Toronto unos meses antes para vivir con unos parientes. Y él nunca la había olvidado. Después de registrar todo el mundo en busca de su «ángel», Howard no podía creer la buena suerte de finalmente encontrarla. Si tan sólo pudiera armarse del coraje para acercarse a ella…

Unos días después de que Naju (o Nancy, como la conocían ahora) llegara a la ciudad, un inesperado visitante tocó nerviosamente el timbre de su puerta. Era Howard Kleinberg, con las manos húmedas y los miembros agitados. Había arrastrado a su hermana consigo, como para que le reforzara la confianza. Mientras Naju permanecía de pie en la entrada, Howard la miraba boquiabierto y se quedó sin palabras. Era tan hermosa como la recordaba, quizá aun más. A lo largo de los meses había pensado constantemente en ella, lleno de remordimiento por no haber tenido la oportunidad de agradecerle por rescatarlo de las cenizas.

Pero allí estaba la joven, justo frente a él: alguna coincidencia cósmica que la había llevado, de todos los otros sitios posibles, a Toronto, cuando había en el mundo tantos otros lugares a los que habían ido los sobrevivientes.

Le entregó un ramillete y dijo con voz ronca:

—Hola… me llamo Howard Kleinberg. ¿Te acuerdas de mí?

Epílogo: Howard y Naju (Nancy) Kleinberg celebraron recientemente su aniversario de bodas número cincuenta y siete. Han sido bendecidos con tres hijos, una hija y once nietos.

«Era bashert» —dice Nancy Kleinberg, invocando la palabra hebrea que significa «destinado».

Los Sabios nos dicen que un zivug (alma gemela) se determina en el cielo cuarenta días antes del nacimiento de una persona. Para los Kleinberg, ni siquiera los horrores del Holocausto pudieron impedir aquella unión. Los Kleinberg son una prueba concluyente de que en medio de la oscuridad pueden brillar el amor y la compasión enviando rayos de sanación para iluminar hasta la más desgarradora de las circunstancias.

sexta-feira, junho 06, 2014

Perasháh Behaalotecháh em Português

Este comnetario se fez em memoria de minha mãe, Menuchá Bat Moshe Chaim Haleviy Leiluy Nishmata.

Que no día 7 de Sivan, segundo día de Shavuot forma 12 meses de siiu desaparição fisica.

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Aquecedor e Humildade

בהעלותך

"Míriam e Aharon falaram contra Moshe com relação a mulher Cushita com que ele casou". (12:1)

Imagine um americano, que passou toda a sua vida em uma reserva no Canyon de Chelly, Arizona, no East Side de Nova Yorque entre a 29 e a Lex. Ele anda pela rua e para. Ele olha para uma janela próxima. Fora da janela existe uma caixa retangular de metal. Ela solta ar quente, fazendo barulho como uma sinfonia sem fim. Ele levanta seus olhos. Apartamentos de concreto até os céus. Centenas deles, todos cuspindo ar quente no Céu úmido de Manhattan.

Ele pensa: "Esses homens brancos adoram calor. Hoje está tão quente – e, eles colocam esses aparelhos em suas janelas para aquecer a rua!"

Quando Míriam descobriu que Moshe tinha se separado de sua esposa, ela concluiu que ele tinha ficado orgulhoso. Ela pensou que Moshe se considerava tão próximo de D-us que estava acima de uma relação normal de casamento, que seu monasticismo era produto do ego. Claro que, o que era orgulho para Moshe, para nós aparentaria humildade acima de tudo que jamais vimos ou experimentamos. Não temos nenhum parâmetro para igualar nossos conceitos de orgulho e humildade aos de Moshe. Mas, naquele nível exaltado, Míriam considerou e pensou que Moshe tinha sucumbido ao orgulho.

Porém, como Míriam poderia ter acreditado que Moshe estava agindo orgulhosamente? Certamente, Míriam sabia que a Toráh chama Moshe "o mais modesto dos homens". O que levou Míriam a suspeitar das intenções de seu irmão?

Moshe pode ter sido o mais humilde dos homens, mas ele não era tolo. Ser modesto não quer dizer andar cabisbaixo com uma cara triste. Moshe sabia que era o rei. Mas também sabia que, comparado com Hashem, ele não era nada. Sua humildade vinha do entendimento que nenhum homem antes ou depois dele sabia o quanto era insignificante comparado com Hashem. Devido ao esforço de Moshe para chegar a esse nível, Hashem concretizou sua percepção ao falar com ele "face a face". Então a modéstia de Moshe foi internalizada.

Humildade não pode ser julgada pela aparência. Algumas pessoas parecem ser muito modestas, mas por dentro eles estão observando os outros apreciarem sua humildade. Eles estão estrelando seu próprio teatro mental chamado: "A Vida de Modéstia Completa". Por outro lado, um rei pode parecer glorioso, enquanto que, em seu interior ele, genuinamente, considera-se sem mérito.

Às vezes, as coisas não são como parecem ser. Às vezes, um ar-condicionado fresco pode parecer um aquecedor soltando seu ar quente.

Shabat Shalom

Perasháh Behaalotejáh en español

Este comentario de la Toráh a respecto de la perasháh Behaalotejá está dedicado Leiluy Nishmat Menujá Bat Moshe Jaim Halevy Kaplan Najmanovich, mi madre, que el 7 de sivan fueron 12 meses de su desaparición física.

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Conocimiento y Sabiduría

Números 8 – 12

parasha behaalotcha

La parashá de esta semana comienza cuando D'os le ordena a Aharón el Cohen Gadol que encienda la Menorá todos los días en el Tabernáculo.  Los siete brazos de la Menorá estaban decorados con copas, cintas y flores - todas hechas de la misma pieza de oro sólido.

Pero luego la Torá agrega un detalle interesante: "cuando enciendas la Menorá, asegúrate que las (seis) lámparas de afuera miren el centro" (8:2).  ¿Qué es lo que representan las seis lámparas externas, y por qué deben mirar hacia la del centro?

Los comentaristas explican que los seis brazos externos representan los seis campos de conocimiento: medicina, física, matemáticas, arte, psicología y sociología.  Estos son los campos esenciales de erudición.  Si no hubiese sido por la excelencia humana en estas áreas, no hubiésemos tenido transplantes de corazón, ballet, transporte aéreo o en todo caso, internet.

Pero la Torá nos dice que la sociedad no puede apoyarse en el conocimiento solamente.  A menos que esa información sea enfocada y dirigida hacia el centro - simbolizando a D'os, la Torá y la espiritualidad - entonces esta sabiduría no sirve para nada.  O peor, es destructiva.

¿Conocimiento sin Sabiduría?

Grecia fue una vez un gran y poderoso imperio.  Los griegos fomentaron la moda bella, música sonora, fina comida, artistas estéticos, atletas fuertes, entretenimientos cautivantes y una gama de actividades estimulantes similares.

En los campos esenciales de la erudición, los griegos eran los más avanzados y sofisticados de su tiempo.  Pero ¿por qué el imperio griego no sobrevivió más que algunos cientos de años?  Los historiadores concuerdan en que fueron destruidos por la decadencia moral.  Celos, envidia y promiscuidad corrompió a la sociedad hasta que la deshizo.

"Conocimiento" sin D'os es la receta para el desastre.  Simplemente nosotros no podemos y no vamos a sobrevivir sin una dirección moral clara.

Los griegos tenían dioses - un panteón entero, de hecho.  Pero ellos eran dioses hechos por el hombre, la clase de dioses que se ponen celosos y discuten y tienen comportamientos inmorales.  El hombre no puede desarrollar un sistema objetivo, porque el hombre - como parte del grupo para el cual el sistema fue diseñado - es inherentemente subjetivo.  Los dioses griegos no eran la clase de dioses que uno querría aspirar ser, sino que estos dioses podían de alguna manera excusar el comportamiento corrupto del hombre.

El ejemplo más latente es, por supuesto, la Alemania nazi.  Alemania era conocida por sus instituciones académicas líderes, adelantados en el arte y una conducta social impecable.  Entonces, ¿a dónde todo eso llevó?  A la Conferencia Wanasse (el encuentro nazi para formular "la solución final" para la exterminación de los judíos), 9 de los 13 participantes eran Doctores.  Esas eran las mentes más creativas y científicas en todo el mundo civilizado.  Pero en un acto remarcable de auto engaño, ellos pudieron redefinir la "moralidad" hacia el mal supremo.  Fue una tecnología atea.

La Necesidad de la Moralidad

¿Por qué la sociedad es tan implacable sobre su derecho de definir libremente la moralidad?

El Midrash dice que antes de la entrega de la Torá al pueblo judío, D'os fue primero a todas las naciones del mundo y les preguntó si querían recibir la Torá.  "Bueno, ¿qué está escrito en ella?" - preguntaron las naciones.  "No robarás y no matarás" - D'os les dijo.  "En ese caso" - ellos respondieron - "nosotros no queremos la Torá!".

Rabí Iaacov Weinberg, el Rosh Ieshivá de Ner Israel en Baltimore, formula la siguiente pregunta: Puesto que las prohibiciones de robar y matar son mandatos de cualquier sociedad secular, entonces ¿por qué rechazaron la Torá?

Él explica: la sociedad generalmente legisla en contra del asesinato y el robo fuera de consideraciones pragmáticas: Si yo te robo a ti, y tú me robas a mí, entonces la sociedad no puede funcionar.  Entonces lo declaramos ilegal.  El peligro de este sistema, sin embargo, es que las normas pueden ser manipuladas para satisfacer las necesidades pragmáticas de uno.  Como el chismerío, el uso de drogas, el excesivo trabajo, la polución, la competencia destructiva y otros abusos de la sociedad y el individuo han sido socialmente aceptados, ¿eso hace que sean correctos?  ¿Nosotros redefinimos nuestro sentido de lo correcto y lo erróneo para acomodarnos a la moda?

La posición de la Torá es que más allá de que la sociedad tolere o no, yo no puedo robar incluso un sujetador de papeles.  Lo que es correcto o erróneo no está abierto a la racionalización.  Ser una buena persona ya no es opcional, no está sujeto a la conveniencia o a la economía.  Esto, explica Rab Weinberg, es la razón por la cual muchos se negaron a recibir la Torá de D'os: Una falta de voluntad de estar obligado a un grupo inmutable de leyes.

La Norma Absoluta

Aldous Huxley, en su ensayo "Confesiones de un Ateo Profeso" (Report Magazine, Junio 1966) explica su razón para rechazar al D'os único:

"Yo tengo motivos para no querer que el mundo tenga significado; yo asumo en consecuencia, que no lo tiene… Para mí, y no hay duda que para la mayoría de mis contemporáneos, la filosofía de la no significancia fue esencialmente un instrumento de liberación.  La liberación que nosotros deseábamos era… liberación de un sistema de moralidad.  Nosotros objetamos a la moralidad porque interfería con nuestra libertad sexual".

Por una libertad sexual, Huxley estaba dispuesto a desechar toda su fundación moral.  Para otros, la atracción es poder.  En el libro "Hitler habla", una colección de discursos, Hitler revela la fuerza motivadora que estaba detrás de su locura:

"Yo libero a la humanidad de las cadenas del alma.  Yo libero a la humanidad de las restricciones de una inteligencia que ha tomado cargo, desde la sucia y degradante automortificación de una visión falsa llamada conciencia y moralidad".

Todo ser humano racional sabe que Hitler era malvado.  Y eso es lo que le dió al mundo libre la confianza para colgar a 10 criminales nazis en Nuremberg.  Pero la pregunta debe ser hecha: ¿Por qué, en el nombre del relativismo moral, nosotros no dejamos pasar las atrocidades nazis como el derecho de un estado soberano en busca de sus propias metas nacionales?

La respuesta es obvia: ciertas verdades son evidentes.  Una vez yo pedí en una clase que presenten una objeción moral para el incesto o el canibalismo.  Ellos no pudieron encontrar ninguna razón racional - a pesar de que cada uno estaba seguro de esa inmoralidad.  El judaísmo dice que nosotros nacemos con una norma absoluta - una brújula moral interna.  Y es a través del estudio de la Torá que nos conectamos con esa brújula interna.

La Torá y el Conocimiento Trabajando Juntos

Volviendo a los siete brazos de la Menorá… Si la Torá es tan central, ¿por qué nosotros necesitamos los otros seis brazos?

El Talmud dice: "No hay Torá sin Derej Eretz" - literalmente: "el camino de la tierra".  Esto significa que nosotros no podemos separar nuestro entendimiento del mundo de nuestro entendimiento de la Torá.  Usándolo correctamente, los siete brazos iluminarán mejor al mundo.  El comentarista talmúdico más grande de todos los tiempos, Maimónides, era un gran médico y escribió mucho sobre temas como la ciencia medieval, la filosofía y la metafísica (Ver "Mishné Torá" - Las Fundaciones de la Torá cap. 2).  El Gaón de Vilna, el más grande Rabino de los últimos 300 años, escribió libros sobre geometría, astronomía y álgebra.

Nuestra parashá declara: "La Menorá debe ser hecha de un bloque de oro" (8:4).  D'os ordenó que la Menorá sea hecha de un solo bloque de oro porque toda la sabiduría funciona junta para crear un mundo santo y pacífico.

Considera la siguiente ilustración: en el año 1993, una mujer americana llamada Rita Lakeburg dió a luz a mellizos siameses.  Los doctores determinaron que si los mellizos - que estaban compartiendo órganos internos de suma importancia - quedarían juntos, ambos morirían.  La única opción era hacer una operación que mataría a uno de ellos y salvaría al otro.  Pero, los moralistas discutieron, ¿no es esto asesinato?

La decisión crítica ssi hacer o no la operación a los mellizos dejó atónitos a los médicos hasta que ellos descubrieron un dictamen del año 1977 hecho por el Rab Moshé Feinstein que había usado fuentes talmúdicas para presentar un dictamen claro en un caso similar.

Rabí Feinstein preguntó a los doctores: "¿Cómo harán la operación?".

Ellos le dijeron: "Nosotros tenemos la intención de salvar al bebé A, y matar al bebé B".  Rabí Feinsten entonces preguntó: "¿pueden ustedes revertir el procedimiento y lograr los mismos resultados - quiero decir, ¿pueden salvar al bebé B y matar al bebé A?".  Ellos respondieron: "No, el bebé A es el único al que podemos salvar".

En ese momento, Rabí Feinstein les dijo que hagan la operación.  ¿Por qué?  Porque de acuerdo con la ley judía, si una persona amenaza directamente con matar a otra, entonces es moralmente correcto detenerlo.  En este caso, Rabí Feinstein dictaminó que la existencia misma del bebé B estaba amenazando con la vida del bebé A, lo cual le da al bebé B el estatus de asesino (pese a que era sin intención).  Es por eso que el bebé A podía, por decirlo de alguna manera, detener a su asesino.

A pesar de que los factores médicos y halájicos son demasiados para detallarlos y tomar una decisión práctica basados en esta limitada discusión, esta historia puede aún ilustrar el poder de la Torá - simbolizado por la Menorá - para iluminar el mundo.  El Talmud nota que las ventanas en el Templo Sagrado eran de una construcción inusual.  Generalmente, las ventanas son construidas más anchas en el lado interno de la pared que en el lado externo, en función de que entre más luz al interior.  Sin embargo, en el Templo era al revés: las ventanas eran más angostas en el interior y más anchas en el exterior - porque desde el Templo, luz espiritual salía para iluminar al mundo.  Esta luz guía, asiste, clarifica.  Y esto es lo que el profeta Isaías quiso decir cuando él llamó al pueblo judío "Una luz para las naciones" (Isaías 42:6).

¿Quién enseñó moral y ética al mundo, si no los judíos?  Ciertamente no fue Esparta, ni Atenas, ni los romanos, ni los persas.  Imagina a un guerrero en su camino a saquear.  ¿Sobre qué bases filosóficas se le permite atacar a él?  Su respuesta: "Yo soy más fuerte y el poder me da derecho!".

Los que enseñaron al mundo que "el poder no da derecho" fueron los judíos.  Nuestra Torá y nuestros profetas le dieron al mundo occidental "ama a tu prójimo", "proclama libertad a través de la tierra", y "todos los hombres son creados iguales".  En el mural de "Isaías" en las naciones unidas, el mundo es inspirado por la visión de "ellos convertirán sus espadas en arados".

El Mensaje Eterno

En la parashá de esta semana, el Midrash cita a D'os diciendo a Aharón el Cohen Gadol: "Encender la Menorá será tu contribución eterna".  Los comentaristas preguntan: El encendido de la Menorá era hecho sólo mientras el Templo estaba en pie.  Entonces ¿qué significa que "el encendido de la Menorá es eterno?

La respuesta es que las verdades que nosotros aprendemos de la Torá son eternas.  La verdad de la Torá es más preciada hoy que nunca, pues la sociedad desesperadamente incrementa su necesidad de dirección en un mundo lleno de temas éticos como la clonación, eutanasia y las personas sin hogar.  La Torá es nuestra norma objetiva y externa.  Nos da dirección y es un límite en contra del extremismo, iluminando el delicado camino medio de la lógica y la razón.

Como dijo el rey Salomón (Proverbios 6:23): "Las mitzvot son las velas - y la Torá es la luz"

Shabat Shalom!!!

domingo, junho 01, 2014

El “Shema Israel” de Mamá

Hace muchos años lo lei en un libro documento de "Yad Vashem". No se sabe si es realidad. Mi mamá Z”L decía que “la realidad supera toda fantasía”, seguramente es así. Vale la pena leerlo hasta el final.

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El “Shema Israel” de Mamá

Shema Israel de mama
El Holocausto del que fueron víctimas los judíos de Europa, provocó que muchos niños judíos fueran adoptados por conventos católicos.

No se trataba de una acción misionera, sino que los pobres padres que querían salvar las vidas de sus hijos, elegían a veces este camino.

Dejaban entonces bebés y niños en los orfanatos de la Iglesia. Allí éstos recibían alimento y protección. Miles de niños se salvaron así de las cámara de gas.

Concluyó la guerra. Se detuvo la máquina de exterminio nazi. Muchas asociaciones y centros de refugiados, se ocuparon de volver a reunir familias y registrar datos. Mas los desaparecidos superaban en número miles de veces a los que eran hallados.

Lentamente, comenzaron a llegar noticias sobre los niños que fueron depositados en las iglesias. Se descubrió que gran parte de los chicos que se encontraban allí, no eran reclamados. Fue enviada una comisión integrada por los rabinos Cohenman, Silver y Gurfinkel desde USA y Gran Bretaña para tratar de devolver a estos niños al seno de su Pueblo.
Los rabinos se dirigieron al primer convento y pidieron hablar con la máxima autoridad.

- “Por supuesto que no nos oponemos a que los niños vuelvan a sus hogares, a ver a sus familiares. ¿Pero... cómo sabrán distinguir cuál niño o niña es judío? Nosotros no acostumbramos a señalar el origen o religión de los chicos”.
- “Pues la lista de nombres nos ayudará” - contestaron. “La revisaremos y aquellos que suenen como judíos, nos demostrarán su origen”.
- “No, no, no; ¡no acostumbramos a hacer las cosas así!” - dijo el cura enfurecido- “Tenemos que ser detallistas al máximo. No es posible dejar ni una posibilidad de error. Exijo seguridad y pruebas fehacientes en un cien por ciento, no menos. Tomen el ejemplo del apellido Miller. Ustedes dirán que se trata de alguno de origen judío. Sin embargo hay cientos de personas que se llaman así y no son judías. El mismo caso es con los Raijman o Daitch. Son apellidos populares de alemanes y polacos. No es posible liberar niños, por el mero sonido de un nombre”.

Los Rabinos intentaron convencerlo con buenos argumentos, pero él seguía con la suya:

- “Sólo permitiré que se retiren niños con la total seguridad de que son judíos”.
¿Qué hacer? La mayoría de los niños fueron separados de sus familias cuando eran muy pequeños y no podían recordar por sí solo sus orígenes. ¿Documentos? Imposible encontrarlos después de semejante destrucción. Los Rabinos hicieron un nuevo intento para convencer al sacerdote y éste perdió la paciencia.

- “Lo siento mucho. Ya les di demasiado de mi tiempo. Decidan ya qué hacer. Les otorgo sólo cinco minutos”.

Parecía que todos los esfuerzos iban a caer en saco roto. El corazón de los Rabinos se partía del dolor. De acuerdo a la información que tenían, decenas de niños judíos se hallaban en este convento, y sólo contaban con cinco minutos... Los labios murmuraron una pequeña plegaria al Amo del mundo, para que los ilumine con una idea que permita discernir entre cientos de niños y niñas, que eran Yehudim y sólo en cinco minutos, que es lo que tenían permitido.
Sus rezos fueron escuchados. A la mente de uno de los Sabios llegó una increíble idea.

- “¿Podemos utilizar los cinco minutos cuando queramos?”
- “Sí” - fue la respuesta.

- “Entonces, vendremos cuando lo niños se acuesten a dormir".

- “A las siete en punto” - fue la respuesta del cura, que no ocultaba su desdén por la testarudez y perseverancia de los Rabinos y esperaba ansiosamente la llegada de la hora señalada, para saber realmente qué es lo que tramaban. ¿Para qué irse y volver?

Cuando el reloj dejó oír las siete campanadas, todos los pupilos se encontraban, después de un pesado día, acostados en sus camas, ordenadas una al lado de la otra en el gran salón. Los Rabanim caminaron hacia el centro de la habitación. Uno de ellos se paró sobre un pequeño banquillo y esperó. Un silencio total reinó allí.

De todas partes, pequeños ojitos se dirigían a él.
Y así con voz calma, el Rabino pronunció seis palabras que penetraron en la sala de punta a punta:
- “Shemá Israel Hashem Elokenu Hashem Ejad” (Oye Israel, Hashem es nuestro Di-s, Hashem es uno).

En un instante se oyeron murmullos de todos los extremos del salón. Vocecitas con llantos y palabras entrecortadas: “Mame”, “Mamele”, “Mamá”.
Cada niño en su lengua, buscaba a su madre. A ella, que unos años antes, en el momento de acunarlo y taparlo cada noche antes de dormir, y antes de darle el beso de “buenas noches”, le susurraban al oído estas palabras, que son la base de la Fe judía. Palabras que todo niño judío sabe:

“Shema Israel Hashem Elokenu Hashem Ejad".

El sacerdote bajó la vista. Los Rabinos lo lograron. Pudieron liberar a los niños perdidos. Los pocos segundos que cada madre dedicó noche tras noche al acostar a sus niños, fueron los que mantuvieron unidos a su pueblo.

Bases fundamentales del Lashon Hará

 

Lashon Hara 1

Hay distintas razones por las cuales la gente no se cuida de lashon hara. Muchas veces es porque no saben que está prohibido hablar lashon hara. El mejor ejemplo es cuando lo que se tiene que decir es verdad.

Como es cierto, las personas creen que no se está transgrediendo nada. Otras veces piensan que está permitido por ejemplo decir sobre alguien que no es inteligente, o simplemente no saben que dentro de esta prohibición también está escuchar y creer en lo que se escucha.

Hay veces también que el yetzer hara (instinto del mal) le dice a la persona que está permitido hablar mal sobre el otro ya que es una persona que causa muchas peleas y por lo tanto está permitido hablar mal sobre él. O a veces el yetzer hara actúa de forma opuesta y le hace creer a las personas que “todo” lo que se habla o dice entra en la categoría de lashon hara, lo cual hace que se convierta en una mitzva muy difícil de cumplir.

Y como muchas personas ven imposible restringirse de esa manera, dejan de esforzarse por realizarla ya que de todas formas creen que es imposible cumplir esta mitzva. Así también hay personas que no saben cómo reparar lo que hicieron después de que hablaron lashon hara.

Comenzamos con dos principios fundamentales

1. Aquel que habla rejilut o lashon hara transgrede la prohibición de "No andarás de chismoso entre tu pueblo" incluso cuando dice la verdad.

Rejilut es cuando un individuo le dice a Reuben lo que hizo o dijo Shimon sobre él, mientras que lashon hara es cuando habla mal de su amigo. Motsi Shem Raa en tanto es aquel que habla mentiras y difama a su compañero.

2. Tanto el que habla como el que escucha y creé en lo que fue dicho, transgrede la prohibición de "No aceptaras un reporte falso", ya que es otra prohibición que la Tora estableció dentro de la categoría de hablar y aceptar lashon hara.