domingo, junho 01, 2014

El “Shema Israel” de Mamá

Hace muchos años lo lei en un libro documento de "Yad Vashem". No se sabe si es realidad. Mi mamá Z”L decía que “la realidad supera toda fantasía”, seguramente es así. Vale la pena leerlo hasta el final.

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El “Shema Israel” de Mamá

Shema Israel de mama
El Holocausto del que fueron víctimas los judíos de Europa, provocó que muchos niños judíos fueran adoptados por conventos católicos.

No se trataba de una acción misionera, sino que los pobres padres que querían salvar las vidas de sus hijos, elegían a veces este camino.

Dejaban entonces bebés y niños en los orfanatos de la Iglesia. Allí éstos recibían alimento y protección. Miles de niños se salvaron así de las cámara de gas.

Concluyó la guerra. Se detuvo la máquina de exterminio nazi. Muchas asociaciones y centros de refugiados, se ocuparon de volver a reunir familias y registrar datos. Mas los desaparecidos superaban en número miles de veces a los que eran hallados.

Lentamente, comenzaron a llegar noticias sobre los niños que fueron depositados en las iglesias. Se descubrió que gran parte de los chicos que se encontraban allí, no eran reclamados. Fue enviada una comisión integrada por los rabinos Cohenman, Silver y Gurfinkel desde USA y Gran Bretaña para tratar de devolver a estos niños al seno de su Pueblo.
Los rabinos se dirigieron al primer convento y pidieron hablar con la máxima autoridad.

- “Por supuesto que no nos oponemos a que los niños vuelvan a sus hogares, a ver a sus familiares. ¿Pero... cómo sabrán distinguir cuál niño o niña es judío? Nosotros no acostumbramos a señalar el origen o religión de los chicos”.
- “Pues la lista de nombres nos ayudará” - contestaron. “La revisaremos y aquellos que suenen como judíos, nos demostrarán su origen”.
- “No, no, no; ¡no acostumbramos a hacer las cosas así!” - dijo el cura enfurecido- “Tenemos que ser detallistas al máximo. No es posible dejar ni una posibilidad de error. Exijo seguridad y pruebas fehacientes en un cien por ciento, no menos. Tomen el ejemplo del apellido Miller. Ustedes dirán que se trata de alguno de origen judío. Sin embargo hay cientos de personas que se llaman así y no son judías. El mismo caso es con los Raijman o Daitch. Son apellidos populares de alemanes y polacos. No es posible liberar niños, por el mero sonido de un nombre”.

Los Rabinos intentaron convencerlo con buenos argumentos, pero él seguía con la suya:

- “Sólo permitiré que se retiren niños con la total seguridad de que son judíos”.
¿Qué hacer? La mayoría de los niños fueron separados de sus familias cuando eran muy pequeños y no podían recordar por sí solo sus orígenes. ¿Documentos? Imposible encontrarlos después de semejante destrucción. Los Rabinos hicieron un nuevo intento para convencer al sacerdote y éste perdió la paciencia.

- “Lo siento mucho. Ya les di demasiado de mi tiempo. Decidan ya qué hacer. Les otorgo sólo cinco minutos”.

Parecía que todos los esfuerzos iban a caer en saco roto. El corazón de los Rabinos se partía del dolor. De acuerdo a la información que tenían, decenas de niños judíos se hallaban en este convento, y sólo contaban con cinco minutos... Los labios murmuraron una pequeña plegaria al Amo del mundo, para que los ilumine con una idea que permita discernir entre cientos de niños y niñas, que eran Yehudim y sólo en cinco minutos, que es lo que tenían permitido.
Sus rezos fueron escuchados. A la mente de uno de los Sabios llegó una increíble idea.

- “¿Podemos utilizar los cinco minutos cuando queramos?”
- “Sí” - fue la respuesta.

- “Entonces, vendremos cuando lo niños se acuesten a dormir".

- “A las siete en punto” - fue la respuesta del cura, que no ocultaba su desdén por la testarudez y perseverancia de los Rabinos y esperaba ansiosamente la llegada de la hora señalada, para saber realmente qué es lo que tramaban. ¿Para qué irse y volver?

Cuando el reloj dejó oír las siete campanadas, todos los pupilos se encontraban, después de un pesado día, acostados en sus camas, ordenadas una al lado de la otra en el gran salón. Los Rabanim caminaron hacia el centro de la habitación. Uno de ellos se paró sobre un pequeño banquillo y esperó. Un silencio total reinó allí.

De todas partes, pequeños ojitos se dirigían a él.
Y así con voz calma, el Rabino pronunció seis palabras que penetraron en la sala de punta a punta:
- “Shemá Israel Hashem Elokenu Hashem Ejad” (Oye Israel, Hashem es nuestro Di-s, Hashem es uno).

En un instante se oyeron murmullos de todos los extremos del salón. Vocecitas con llantos y palabras entrecortadas: “Mame”, “Mamele”, “Mamá”.
Cada niño en su lengua, buscaba a su madre. A ella, que unos años antes, en el momento de acunarlo y taparlo cada noche antes de dormir, y antes de darle el beso de “buenas noches”, le susurraban al oído estas palabras, que son la base de la Fe judía. Palabras que todo niño judío sabe:

“Shema Israel Hashem Elokenu Hashem Ejad".

El sacerdote bajó la vista. Los Rabinos lo lograron. Pudieron liberar a los niños perdidos. Los pocos segundos que cada madre dedicó noche tras noche al acostar a sus niños, fueron los que mantuvieron unidos a su pueblo.

Bases fundamentales del Lashon Hará

 

Lashon Hara 1

Hay distintas razones por las cuales la gente no se cuida de lashon hara. Muchas veces es porque no saben que está prohibido hablar lashon hara. El mejor ejemplo es cuando lo que se tiene que decir es verdad.

Como es cierto, las personas creen que no se está transgrediendo nada. Otras veces piensan que está permitido por ejemplo decir sobre alguien que no es inteligente, o simplemente no saben que dentro de esta prohibición también está escuchar y creer en lo que se escucha.

Hay veces también que el yetzer hara (instinto del mal) le dice a la persona que está permitido hablar mal sobre el otro ya que es una persona que causa muchas peleas y por lo tanto está permitido hablar mal sobre él. O a veces el yetzer hara actúa de forma opuesta y le hace creer a las personas que “todo” lo que se habla o dice entra en la categoría de lashon hara, lo cual hace que se convierta en una mitzva muy difícil de cumplir.

Y como muchas personas ven imposible restringirse de esa manera, dejan de esforzarse por realizarla ya que de todas formas creen que es imposible cumplir esta mitzva. Así también hay personas que no saben cómo reparar lo que hicieron después de que hablaron lashon hara.

Comenzamos con dos principios fundamentales

1. Aquel que habla rejilut o lashon hara transgrede la prohibición de "No andarás de chismoso entre tu pueblo" incluso cuando dice la verdad.

Rejilut es cuando un individuo le dice a Reuben lo que hizo o dijo Shimon sobre él, mientras que lashon hara es cuando habla mal de su amigo. Motsi Shem Raa en tanto es aquel que habla mentiras y difama a su compañero.

2. Tanto el que habla como el que escucha y creé en lo que fue dicho, transgrede la prohibición de "No aceptaras un reporte falso", ya que es otra prohibición que la Tora estableció dentro de la categoría de hablar y aceptar lashon hara.