quinta-feira, janeiro 18, 2024

La ONUasco

 

Editorial

Dibre Arie (12.01.2024)

 

Trágicamente la ONUasco, la organización de las Naciones des Unidas, se ha convertido tal como lo fue la Sociedad de las Naciones en la década del 30 del siglo pasado, que, en forma silenciosa e impávida, asistía como Hitler y su comparsa de asesinos, babean muerte y aniquilación del pueblo judío, esa entidad se convirtió en cómplice de esos asesinos. El mundo calló, el mundo luego se rasgó sus ropas al conocer al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los horrores cometidos. No iremos a camino del patíbulo de los acusados, simplemente por manifestar y defender nuestro derecho de existencia, no iremos a los mataderos tal como nos llevaron durante la contienda mundial entre 1939 - 1945, frente a la afasia de un mundo que era sordo a los gritos de los niños, adolescentes, mujeres amamantando, jóvenes soñadoras. Tal como hoy, son sordos a los gritos de las familias de los secuestrados, o de los soldados muertos al Kidush Hashem, o de las familias de las jóvenes violadas, familias decapitadas, bebés quemados, ¡¡no!! No dejaremos de gritar, de reclamar, de exigir, de defendernos, no habrá Corte de La Haya que nos obligue a no defendernos. No asistiremos sistemáticamente sosegados a que escuchemos los gritos de muerte a los judíos como si fuéramos los Dreyfus del siglo XXI. ¡No! Levantaremos la voz, tal como lo realizo Emile Zola cuando escribió J’accuse - Yo acusó, su escrito (fines del siglo XIX) denunciando el antisemitismo de las autoridades francesas. Nosotros y cada judío, y cada hombre de bien debemos denunciar a esa farsa que es la Corte de La Haya, que no acusa a la Federación Rusa por sus masacres en Ucrania, ni a Siria por las matanzas indiscriminadas desde 2011, ni a China por su dictadura y la eliminación de los derechos humanos, sin hablar de Irán, Turquía con sus matanzas a los kurdos, Libia, y otros paraísos de terror y muerte. ¡No! está vez no callaremos, esta vez vamos a defendernos contra aquellos que desean hacernos desaparecer de la Tierra, porque tal como lo expresó el profeta Amos, retornamos a nuestra casa, a nuestra tierra para no salir nunca más. Am Israel Jai

 

Los Editores