domingo, agosto 26, 2012

O mês de Elul – Mês da Misericórdia

O mês de Elul
Elul

O mês de Elul é o décimo segundo mês do calendário judaico na contagem desde a Criação do mundo (a partir de Tishrei), e o sexto na contagem que se inicia na saída do Egito (a partir de Nissan).

O mês de Elul é mencionado apenas uma vez na Bíblia (Neemias 6:15), e uma vez nos Apócrifos (I Macabeus 14:27).

Elul é conhecido como “o mês do arrependimento” e também como “o mês da compaixão e do perdão”, e nele preparamo-nos para os dias do julgamento –Hayamim Hanoraim, os Dias Temíveis (desde a véspera de Rosh Hashaná até o final do Yom Kipur), nos quais “até os peixes do mar tremem de pavor do dia do julgamento que se aproxima”.

A partir do início de Elul, toca-se o shofar diariamente após a oração matutina (Shacharit), exceto aos sábados e véspera de Rosh Hashaná, conclamando as pessoas ao arrependimento, conforme está escrito: “Tocar-se-á a trombeta [o shofar] na cidade sem que o povo se estremeça?” Inicialmente, o costume era tocar o shofar apenas no Rosh Chodesh Elul, e posteriormente passou-se a tocar durante todo o mês.

Os ashkenazitas costumam dizer “slichot” – oração que contém uma sucessão de pedidos de perdão por faltas e pecados cometidos – bem cedinho de manhã desde o motzaei shabat da última semana do ano; já os sefaraditas começam mais cedo, a partir do dia 1° ou 15 de Elul.

No passado remoto, emissários partiam de Jerusalém às comunidades distantes, a fim de informar o dia exato do início do mês de Elul (Rosh Chodesh Elul), de acordo com a lua nova, para facilitar daí o cálculo das datas importantes, a partir de Rosh Hashaná (Tratado Rosh Hashaná I 3).

O signo do mês

O signo de Elul é Virgem, conforme está escrito: “Regressa [ou: Arrepende-te], ó virgem de Israel” (Jeremias 31:20), pois Elul é o mês do arrependimento.

Durante o mês de Elul, os habitantes de Jerusalém costumam ir orar no túmulo da matriarca Raquel, situado perto de Belém, e os judeus de Tzfat costumam rezar e estudar Torá à beira da sepultura do Rabi Shimon Bar Yochai, em Meron, perto de Tzfat.

Durante o mês de Elul costuma-se terminar as cartas com votos de “um bom ano”. Com o correr dos anos, adotou-se o hábito de enviar cartões de Rosh Hashaná.

domingo, agosto 19, 2012

La excelencia de la Tierra de Israel

La tierra de Israel – la buena tierra.

Tierra de Israel

Entre los muchos mensajes que abarca nuestra perasháh sobresalen en forma especial las nostalgias de Moshe por aquel lugar al que no tiene permitido ingresar, la tierra de Israel. La descripción de la tierra prometida cobra en esta sección de la Toráh una perspectiva especial, es descrita con toda su intensidad como una "buena tierra", un lugar privilegiado donde "no con pobreza comerás pan" (Deuteronomio - Devarim 8.9). Pareciera que junto con él nosotros también sentimos el dolor intenso que Moshe sufre, ver la tierra desde lejos... solamente verla. Así podemos percibir que cada vez que el gran maestro recuerda la tierra de Israel, y así desde el comienzo del libro Devarim, le agrega un atributo singular, simple y profundo "buena"; una vez tras otra menciona la tierra con su atributo descriptivo "buena", como si fuera la única descripción que correspondiera añadir a esta espacio más que físico. En su discurso último, también nosotros que vivimos lejanos en el tiempo y en el espacio de las planicies de Moav, el lugar geográfico escogido para la despedida de su pueblo, podemos percibir el enraizado amor que Moshe siente por esta tierra, a sus ojos y a los nuestros, "buena".

El deseo tan fuerte de Moshe para cruzar el Jordán (Iarden) se ve reflejado en sus palabras al comienzo de este libro, cuando declara:

"Por favor, he de pasar y veré la buena tierra... este buen monte y el Líbano" (Deuteronomio - Devarim 3.25)

Podemos ver en sus palabras los atributos eternos que definirán para siempre los límites espirituales de la tierra prometida:

"Porque El Eterno, tu D-os, te traerá a una tierra buena: Una tierra de arroyos de agua, manantiales y fuentes subterráneas salen en el valle y en el monte. Una tierra de trigo y cebada, vides, higos y granadas. Una tierra de aceites de oliva y miel.

Una tierra en la cual no con pobreza comerás pan, en la cual nada te faltará. Una tierra cuyas piedras son hierro y de sus montes se extrae cobre" (Deuteronomio - Devarim 8.7-9)

Una sensación de frescura surge de estas palabras y es como si escucháramos el salpicar silencioso de los manantiales; podemos casi contemplar los campos rubios llenos de espigas de trigo extendiéndose de un lado al otro del horizonte. Las vides parecen presentarse frente a nosotros con todo el grosor de su mosto; la miel y las olivas completan un paisaje diáfano y verdoso, lleno de vida; en fin todo un marco de riqueza natural entregado al hombre como presente venido directamente de la mano del Creador por medio de su tierra.

Pero más allá de las descripciones emocionantes y de las palabras llenas de sentimiento que emanan de estos versículos, podemos profundizar en estos mensajes una exactitud sorprendente. Moshe ha calculado en forma precisa los términos que utiliza como descripción: él no ha pintado con tonos simples las virtudes materiales de la tierra de Israel. Cada descripción contiene en su interior una intención muy definida, que viene como un eslabón de una finalidad general incluyente: construir una nación con definición territorial dentro de los límites de la tierra de Israel; esta nación tendrá características muy especiales y no solamente será una expresión geográfica, sino que contendrá dentro de sí una sociedad estructurada espiritualmente, que proporcionará una felicidad interna en cada uno de los corazones de sus ciudadanos. Los contenidos espirituales de este grupo humano, tendrán una energía tal que podrán idealmente proyectarse por sobre el universo entero e iluminar sus sectores más recónditos con el rayo penetrante de la sabiduría, y la frescura de los pensamientos morales – este es el desafío.

Por tal motivo la descripción es precisa y concisa: arroyos de agua, manantiales y fuentes subterráneas, pero no se mencionan sus ríos. Las siete especies con las que fue bendecida la tierra de Israel (trigo, cebada, vid, higo, granada, oliva y miel de dátiles), pero no otras frutas que puedan encontrarse en ella abundantemente. En sus montes se descubren solo el hierro y el cobre, mientras que otros metales quedan "olvidados".

Rabí Isaac Abravanel acota (Comentario a la Toráh), por ejemplo, en lo referente a las frutas: "Es conocido que en la tierra de Israel hay también otras frutas, como manzanas y otras. Pero no mencionó Moshe, nuestro maestro, aquí sino aquellas especies que son las más apropiadas y sanas para el consumo humano; que son el pan y el vino, las uvas y los higos, sobre los cuales el principal de los médicos, Galeno, escribió que son suficientes para el ser humano, si se quiere cuidar su salud, y así también el aceite y la miel son muy necesarias para una conducta saludable, y no el resto de las frutas cuya pulpa tiende fácilmente a podrirse"

Moshe solamente nos mencionó los "padres" básicos de la alimentación. Al no mencionar en forma intencional el resto de frutas de esta tierra, le recordó a Israel la función básica de la alimentación: mantener al cuerpo y fortalecerlo, de manera tal que pueda el hombre desarrollar como corresponde sus aptitudes espirituales y cumplir su propósito en este mundo. ¿Tener placer de la comida? Ciertamente que sí, pero no es una finalidad el comer en sí, en especial cuando degenera en una glotonería, a la cual artículos de "fino paladar" en periódicos le dedican tantas palabras y pensamientos. Si bien la gula en todas sus expresiones no es siempre una señal de una sociedad que se desmorona y está perdiendo sus valores y contendidos, más es un indicador de una pérdida axiológica preocupante.

En relación a los arroyos que Moshe menciona, sin hacer referencia a los ríos, quiso enseñar a las generaciones futuras una lección de fe y confianza en la supervisión divina. Moshe quiso enraizar en los corazones la realidad de esta tierra, que la bendición natural de su producción depende de las lluvias; son ellas son que llenan los arroyos y las fuentes subterráneas, es decir en otras palabras, su producción depende de la bondad del Creador, quien hace caer la lluvia y soplar el viento. Esta sensación de dependencia representa una verdadera barrera frente al orgullo del actuar humano. Esta frena los sentimientos que alimentan la soberbia de quien contempla su trabajo como único resultado de sus esfuerzos y da lugar a que se presente la humildad. Sin que una sociedad valorice la humildad como fundamento de su convivencia será muy difícil, por no decir imposible, ser una luz para alumbrar recónditos y oscuros confines.

Este también es el contenido profundo del hecho que Moshe solo ve en las montañas de esta tierra hierro y cobre, debido a que son metales primarios que el ser humano necesita para su desarrollo material inmediato. De estos materiales se fabrican los implementos de trabajo y los mínimos utensilios domésticos, para el uso y para el confort de la persona; por este motivo los acentúa Moshe. En cambio el oro y la plata son, según palabras de RaMbaN (Moshe ben Najman), “lujos”. Recordemos las palabras del profeta Oseas – Oshea, que el reclama el mal uso que se le concedió a los mismos cuando se construyo el Becerro de Oro. RaMbaN basado en esto, manifiesta con temor que estos “lujos” encaminen al ser humano, por sendas negativas. Dependiendo de su uso, dará lugar a los objetivos, que pueden ser sublimes y elevados, o lamentablemente, lo contrario.

Muchas veces los objetivos dan lugar a sentimientos negativos, estos, de envidia y codicia, que destruye los corazones de aquellos que desean poseerlos. Estas cualidades negativas, son factores muy rechazados por la Toráh ya que destruyen el círculo humano y desmoronan los cimientos de cualquier sociedad.

Los metales que son necesarios para el mantenimiento social se encuentran presentes dentro de la tierra de Israel, mientras que aquellos que traen solo perjuicios no son vistos por Moshe en su descripción de esta tierra, de allí que sobre ella se diga: "nada te faltará". Ya que ciertos “metales” nos pueden elevar espiritualmente, y/o en un proceso inverso nos lleva a un descenso espiritual; dependerá de las actitudes del ser humano, que permitirán que comprendamos los verdaderos “límites geográficos” que deben acompañar al mismo, y saber que para que esto suceda los “metales” deben estar al servicio del ser humano.

Y la utilidad que le concedamos, los objetivos que le demos, en definitiva nos permitirá que ellos sean herramientas de beneficios o perjuicios

“Nada te faltará”, es una confianza muy internalizada en el pueblo, e incluso que ocurra que la tierra de Israel caiga en dificultades, carestías y necesidades y la calidad de vida de sus habitantes no sea siempre la óptima, siempre permanecerá una alegría vital básica, una alegría que define realmente lo que es la austeridad. Estos valores pueden solamente presentarse cuando dentro de un grupo humano, las finalidades estén puestas en ideales de tipo espiritual y no material. De tal modo queda claro uno de los versículos de esta perasháh que nos encomienda a bendecir agradecidos al Creador por el pan que hemos comido, realzando nuevamente los contenidos sublimes de nuestra buena tierra:

"Comerás y te saciarás y bendecirás al Eterno, tu D-os, por la tierra buena que te ha dado" (Deuteronomio - Devarim 8.10)

Finalmente esta es la única oportunidad en que la Toráh nos prescribe ofrecer una bendición a D-os (Rabenu Behayé ben Asher).

Literalmente, cuando vengas a la Tierra de Israel, después de haber sufrido las vicisitudes de la esclavitud egipcia y de la travesía del desierto, cuando te asientes en la Tierra de Israel y comas de sus frutos, deberás agradecer al Nombre del Santo, Bendito El.

Cabe aquí presentar una definición del concepto “Berajáh” - bendición-.

En opinión de Abarbanel se distinguen tres categorías de “Berajot” a – bendiciones – en el TaNaJ:

a) cuando D-os bendice al hombre, derrama a raudales sobre la persona el bien y la abundancia.

b) cuando el hombre bendice a D-os, Lo reconoce, Le agradece y Lo loa.

c) cuando el hombre bendice a su prójimo, para prepararle para recibir los mejores deseos de bien y de abundancia.

Rabí Halev (precisa: “...La Berajáh tiene por función establecer una distinción entre lo sacro y lo profano). Agrega a lo profano la chispa de lo sagrado, mientras evoca el mundo ideal y abstracto y su aporte al mundo material. Así la Berajáh acrecienta nuestra satisfacción espiritual en el momento en el que la pronunciamos”.

Concluimos, que el Criador del Mundo nos bendijo con la Tierra de Israel, que es una Berajáh, pero queda en nosotros la oportunidad de crecer espiritualmente, vinculándonos por medio de la recitación de la misma, que internalizada, hará que nuestra relación con la Tierra de Israel sea eterna y gloriosa.

quinta-feira, agosto 16, 2012

El Amor y la Mezuzáh

Cómo la Mezuzáh nos provee de una

conexión espiritual diaria.

Google e a Mezuzáh

Yo estaba sentado en un café esperando a un amigo, y había elegido una mesa con vista estratégica para poder ver cuando él llegara. Cada vez que la puerta se abría, miraba para ver si era mi amigo el que había entrado. En un momento la puerta se abrió y una alta, atractiva e inmodestamente vestida mujer entró al café. Parecía como si fuese una modelo.

Antes de desviar mi mirada y volver al menú, esta mujer hizo algo que me sorprendió y provoco mi atención: elevó su mano, tocó la Mezuzáh que se encontraba fuera de la puerta, y luego besó sus dedos. Este era un gesto que yo había presenciado miles de veces, y no debería sorprenderme; sin embargo, sentí una disonancia por la incongruencia de su falta externa de identificación religiosa y el gesto religioso que realizó cuando entró al edificio.

El retraso de mi amigo me permitió realizar un experimento sociológico (ya que mi maestría es en Ciencias Sociales y Humanidades, y es una costumbre que continuamente realizo cuando observo situaciones que son disonantes) durante los siguientes minutos; rápidamente noté que no había absolutamente ninguna correlación entre la apariencia externa y el acto de besar una Mezuzáh, cuando se entra o se sale de una habitación.

Mentalmente, archivé esto como una anécdota interesante de mi vida, junto con varios otros episodios sorprendentes. Recuerdo también algunos años atrás, durante un periodo particularmente tenso en Israel, el guardia de seguridad en la entrada de un banco, aplicó el régimen de seguridad más inédito que he visto: Recibía a los clientes en la puerta con un paquete de especias (besamim) en la mano. Todo quien sabía la bendición correcta podía entrar; y el que no, era sometido a una inspección más convencional. En esa ocasión también me sorprendí bastante de ver cuánta gente “vestida no religiosamente” sabía la bendición correcta.

Esta ultima mas la anterior anécdota me permitió realizar un “calculo” mental, veloz que dio el siguiente resultado: “nunca juzgues a la gente basado en las apariencias externas.”

¿Por qué, sin embargo, esta mujer, y muchos otros clientes del restaurante ese día, besaron la Mezuzáh? De hecho, ¿por qué los judíos besan la Mezuzáh?

Algunos lo podrán ver como un gesto supersticioso: Buscan protección en los elementos, tanto del daño físico como del daño espiritual que los espera más allá de la seguridad del hogar (1). Sin embargo, para muchos besar la Mezuzáh puede ser una expresión de fe, simple y honesta. Buscan una conexión con D’s, y ven la Mezuzáh como una expresión de esta conexión.

En la edad media, una gran cantidad de autoridades rabínicas expresó su aprobación por la costumbre de tocar la Mezuzáh cuando se sale del hogar mientras se eleva una plegaria a D’s pidiéndole protección (2). Los místicos enseñaron que cuando se toca la Mezuzáh, se debe tocar específicamente el nombre de D’s de tres letras, Sha-dai, que está impreso en la parte externa del pergamino, y luego el dedo que lo tocó debe ser besado (3).

¿Qué tiene de especial el nombre Sha-dai que otorga protección y nos da fuerza para enfrentar los desafíos del mundo? ¿Por qué este nombre de D’s en particular está asociado con la Mezuzáh, a tal punto que algunos dicen que el nombre Sha-dai es de hecho un acrónimo para Shomer daltot Israel – “Protector de las puertas de Israel”? (4).

Este nombre de D’s está asociado a la habilidad de controlar la naturaleza o de domar los instintos.

El Talmud (5) explica que este nombre está entrelazado con el proceso mismo de la creación: Antes de la creación, no había nada. El acto de la creación fue un acto de expansión, el cual progresó hasta el punto en que D’s le dijo a la naturaleza, dai – “suficiente”, deja de expandirte. Este nombre, por lo tanto, está asociado con la habilidad de controlar la naturaleza o de domar los instintos.

El nombre Sha-dai se encuentra en la Toráh por primera vez cuando D’s le da a Abraham el mandamiento de la circuncisión, lo que pareciera expresar el siguiente concepto: a pesar de que el hombre es una criatura de impulso natural y está dominado regularmente por sus instintos, la naturaleza puede y debe ser domada. Tal como D’s controla la naturaleza, y crea los límites para que el mundo no se expanda hasta desaparecer, así mismo el hombre puede controlar su propia naturaleza y trazar límites dentro de los cuales puede alcanzar su potencial y llegar a la perfección.

El personaje bíblico que más cercanamente se identifica con estas características es Yosef; el nombre divino Sha-dai se utiliza en conexión con él más que con cualquier otro personaje bíblico. Yosef controló heroicamente su propio instinto e impulsos cuando la esposa de su jefe Potifar intentó seducirlo. Él se resistió, creando y respetando los límites de lo que abarca el comportamiento moral. Él conocía el secreto de Sha-dai (6).

Aunque la costumbre original era tocar o besar la Mezuzáh cuando uno salía de su hogar, muchos judíos extendieron esta práctica a todas las puertas que tienen Mezuzáh. Parecen haber decidido que proferir una plegaria silenciosa y pedir por protección Divina es una maravillosa manera de enfatizar el día con pequeños eventos de elevación espiritual.

Pero el gesto verdaderamente “Divino” no es meramente levantar la mano hacia el marco de la puerta; sino saber cómo y cuándo decir “basta” - dai, practicando el autocontrol. La moderación que aprendemos del acto mismo de la creación debe ser un principio guía en nuestras vidas, un principio que nos ayude a perfeccionar todas nuestras relaciones interpersonales.

El autocontrol – el control del impulso humano de expandirse, de controlar, de conquistar – nos ayudará tanto cuando estemos en el trabajo como cuando estemos en nuestro tiempo libre. Incluso será de ayuda la próxima vez que veamos a una mujer que parece ser una supermodelo entrando a una cafetería – sólo imagínala besando la Mezuzáh y di “dai” – suficiente.

También el autocontrol nos debe conducir educativamente a un concepto, no realizar impulsivamente actos de prejuzgar sin tener fundamentos, sin colocarnos en el lugar del otro, sin tratar de comprender al otro.

El acto de besar la Mezuzáh, nos invita a reflexionar sobre el concepto de ver en el próximo, no su continente, sino su contenido.

Ahora, podemos entender que porque el beso de la Mezuzáh, es mucho más que un acto de devoción


  1. Esta asociación puede provenir de la puesta de sangre en los marcos de las puertas durante el éxodo, un acto que protegió a los israelitas mientras D’s “pasó” por sobre sus hogares. Ver Midrash Mejilta Bo, final de la sección 11, la cual asocia la Mezuzáh con este rito. Ver Responsa Dibre Iatziv, Yoreh Deah 191.
  2. Ver costumbres de Mahril sección 91.
  3. Bet Yosef Yoreh Deah 285:3.
  4. Libro Etz Jaim, Shahar HaKlalim.
  5. Talmud Babilónico (Babli), Tratado Jagiga 12a.
  6. Ver comentarios al libro Bereshit – Génesis, de autoría del Rabino Mordejai Edery Z”L

domingo, agosto 05, 2012

O Calendário Judeu

“E será que de mês em mês” (Isaías 66:23)

O mês de Av

rachel

O mês de Av é o décimo primeiro mês do calendário judaico na contagem a partir da Criação do mundo, e o quinto na contagem a partir da saída do Egito.

O nome “Av” não é mencionado na Bíblia; seu nome em assírio era “A-bu”, e há quem sugira ser esta uma redução do nome “Abu Sareni”, que significa “o mês das colheitas”.

No calendário do agricultor hebreu, encontrado nas escavações de Guezer, o mês é denominado “a lua [o mês] do verão” (colheita das frutas do verão).

O mês de Av era um dos seis meses nos quais partiam enviados do Beit Din (tribunal religioso) de Jerusalém para avisar aos judeus da Diáspora qual fora o dia estipulado pelo Sanhedrin como início do mês (Rosh Chodesh), para que pudessem cumprir na data certa o jejum de 9 de Av.

No passado remoto, o mês de Av era considerado um bom mês, por ser a época da colheita da uva e das primícias das frutas do verão. Com o passar dos tempos, porém, ocorreram neste mês muitas desgraças e infortúnios, e ele tornou-se um mês de luto e tristeza, conforme definiram nossos sábios: “Quando começa o mês de Av, diminui a alegria”. Por isso, acrescentaram a seu nome o adjetivo “consolador” (Menachem Av): que possamos alcançar o consolo e a redenção, e que nosso sofrimento se transforme em júbilo. Trata-se ainda de uma alusão ao nome do Messias, que é Menachem, e que, segundo a tradição, nasceu no dia em que o Templo foi destruído (9 de Av).

Durante os nove primeiros dias de Av não comemos carne, não bebemos vinho nem realizamos nenhum festejo, inclusive casamentos. Há muita gente que já adota esses costumes de luto a partir de 17 de Tamuz. Os dias entre 17 de Tamuz e 9 de Av são chamados “os dias de angústia” ou “as três semanas”.

O sábado que antecede o dia 9 de Av é chamado “o sábado da calamidade”, lembrando as desgraças que sofreu o Povo de Israel neste mês; e o sábado posterior a 9 de Av é conhecido como “o sábado do consolo”, por causa da Haftará que é lida neste dia, e que começa com as palavras: “Consolai, consolai o Meu povo” (Isaías 40:1). A partir daí contam-se “sete sábados de consolação”.

A única festa que o Povo de Israel celebrava no passado remoto no mês de Av era o dia 15 de Av, quando as jovens da Judéia vinham dançar nos vinhais; os rapazes solteiros vinham, então, escolher uma noiva entre elas. Assim diz Rabi Shimon ben Gamliel: “Não havia dias melhores em Israel do que o 15 de Av e o Yom Hakipurim, quando as jovens de Jerusalém saem com vestes brancas emprestadas, para não envergonhar aquelas que não possuem uma” (Tratado Taanit IV 5). O costume de vestir roupas emprestadas tinha por objetivo anular as diferenças de classe social ou econômica.

Foi em 15 de Av que Oséias filho de Elá retirou os sentinelas que Jeroboão filho de Nebate havia colocado nos caminhos, a fim de impedir que os habitantes do Reino de Israel fizessem peregrinação a Jerusalém. Tais sentinelas tinham sido colocados por Jeroboão, Rei de Israel, por recear que o outro reino – o de Judá –aproveitasse a presença dos peregrinos, tornando-se mais poderoso do que Israel. Os sentinelas, portanto, impediam à força que o povo fosse ao Templo em Jerusalém; ao mesmo tempo, Jeroboão tentou criar substitutos do Templo, e colocou duas imagens de bezerro, uma em Dan e outra em Beit-El. Dessa maneira a divisão em dois reinos tornou-se um fato consumado, o que causou a disseminação da idolatria. O último dos Reis de Israel, Oséias filho de Elá, retirou os sentinelas no dia 15 de Av, deixando livre para os peregrinos o caminho a Jerusalém, trazendo a reconciliação entre as duas partes do povo.

O signo do mês

leon1 mes de av

O signo de Menachem Av é Leão, o rei dos animais.