quinta-feira, agosto 16, 2012

El Amor y la Mezuzáh

Cómo la Mezuzáh nos provee de una

conexión espiritual diaria.

Google e a Mezuzáh

Yo estaba sentado en un café esperando a un amigo, y había elegido una mesa con vista estratégica para poder ver cuando él llegara. Cada vez que la puerta se abría, miraba para ver si era mi amigo el que había entrado. En un momento la puerta se abrió y una alta, atractiva e inmodestamente vestida mujer entró al café. Parecía como si fuese una modelo.

Antes de desviar mi mirada y volver al menú, esta mujer hizo algo que me sorprendió y provoco mi atención: elevó su mano, tocó la Mezuzáh que se encontraba fuera de la puerta, y luego besó sus dedos. Este era un gesto que yo había presenciado miles de veces, y no debería sorprenderme; sin embargo, sentí una disonancia por la incongruencia de su falta externa de identificación religiosa y el gesto religioso que realizó cuando entró al edificio.

El retraso de mi amigo me permitió realizar un experimento sociológico (ya que mi maestría es en Ciencias Sociales y Humanidades, y es una costumbre que continuamente realizo cuando observo situaciones que son disonantes) durante los siguientes minutos; rápidamente noté que no había absolutamente ninguna correlación entre la apariencia externa y el acto de besar una Mezuzáh, cuando se entra o se sale de una habitación.

Mentalmente, archivé esto como una anécdota interesante de mi vida, junto con varios otros episodios sorprendentes. Recuerdo también algunos años atrás, durante un periodo particularmente tenso en Israel, el guardia de seguridad en la entrada de un banco, aplicó el régimen de seguridad más inédito que he visto: Recibía a los clientes en la puerta con un paquete de especias (besamim) en la mano. Todo quien sabía la bendición correcta podía entrar; y el que no, era sometido a una inspección más convencional. En esa ocasión también me sorprendí bastante de ver cuánta gente “vestida no religiosamente” sabía la bendición correcta.

Esta ultima mas la anterior anécdota me permitió realizar un “calculo” mental, veloz que dio el siguiente resultado: “nunca juzgues a la gente basado en las apariencias externas.”

¿Por qué, sin embargo, esta mujer, y muchos otros clientes del restaurante ese día, besaron la Mezuzáh? De hecho, ¿por qué los judíos besan la Mezuzáh?

Algunos lo podrán ver como un gesto supersticioso: Buscan protección en los elementos, tanto del daño físico como del daño espiritual que los espera más allá de la seguridad del hogar (1). Sin embargo, para muchos besar la Mezuzáh puede ser una expresión de fe, simple y honesta. Buscan una conexión con D’s, y ven la Mezuzáh como una expresión de esta conexión.

En la edad media, una gran cantidad de autoridades rabínicas expresó su aprobación por la costumbre de tocar la Mezuzáh cuando se sale del hogar mientras se eleva una plegaria a D’s pidiéndole protección (2). Los místicos enseñaron que cuando se toca la Mezuzáh, se debe tocar específicamente el nombre de D’s de tres letras, Sha-dai, que está impreso en la parte externa del pergamino, y luego el dedo que lo tocó debe ser besado (3).

¿Qué tiene de especial el nombre Sha-dai que otorga protección y nos da fuerza para enfrentar los desafíos del mundo? ¿Por qué este nombre de D’s en particular está asociado con la Mezuzáh, a tal punto que algunos dicen que el nombre Sha-dai es de hecho un acrónimo para Shomer daltot Israel – “Protector de las puertas de Israel”? (4).

Este nombre de D’s está asociado a la habilidad de controlar la naturaleza o de domar los instintos.

El Talmud (5) explica que este nombre está entrelazado con el proceso mismo de la creación: Antes de la creación, no había nada. El acto de la creación fue un acto de expansión, el cual progresó hasta el punto en que D’s le dijo a la naturaleza, dai – “suficiente”, deja de expandirte. Este nombre, por lo tanto, está asociado con la habilidad de controlar la naturaleza o de domar los instintos.

El nombre Sha-dai se encuentra en la Toráh por primera vez cuando D’s le da a Abraham el mandamiento de la circuncisión, lo que pareciera expresar el siguiente concepto: a pesar de que el hombre es una criatura de impulso natural y está dominado regularmente por sus instintos, la naturaleza puede y debe ser domada. Tal como D’s controla la naturaleza, y crea los límites para que el mundo no se expanda hasta desaparecer, así mismo el hombre puede controlar su propia naturaleza y trazar límites dentro de los cuales puede alcanzar su potencial y llegar a la perfección.

El personaje bíblico que más cercanamente se identifica con estas características es Yosef; el nombre divino Sha-dai se utiliza en conexión con él más que con cualquier otro personaje bíblico. Yosef controló heroicamente su propio instinto e impulsos cuando la esposa de su jefe Potifar intentó seducirlo. Él se resistió, creando y respetando los límites de lo que abarca el comportamiento moral. Él conocía el secreto de Sha-dai (6).

Aunque la costumbre original era tocar o besar la Mezuzáh cuando uno salía de su hogar, muchos judíos extendieron esta práctica a todas las puertas que tienen Mezuzáh. Parecen haber decidido que proferir una plegaria silenciosa y pedir por protección Divina es una maravillosa manera de enfatizar el día con pequeños eventos de elevación espiritual.

Pero el gesto verdaderamente “Divino” no es meramente levantar la mano hacia el marco de la puerta; sino saber cómo y cuándo decir “basta” - dai, practicando el autocontrol. La moderación que aprendemos del acto mismo de la creación debe ser un principio guía en nuestras vidas, un principio que nos ayude a perfeccionar todas nuestras relaciones interpersonales.

El autocontrol – el control del impulso humano de expandirse, de controlar, de conquistar – nos ayudará tanto cuando estemos en el trabajo como cuando estemos en nuestro tiempo libre. Incluso será de ayuda la próxima vez que veamos a una mujer que parece ser una supermodelo entrando a una cafetería – sólo imagínala besando la Mezuzáh y di “dai” – suficiente.

También el autocontrol nos debe conducir educativamente a un concepto, no realizar impulsivamente actos de prejuzgar sin tener fundamentos, sin colocarnos en el lugar del otro, sin tratar de comprender al otro.

El acto de besar la Mezuzáh, nos invita a reflexionar sobre el concepto de ver en el próximo, no su continente, sino su contenido.

Ahora, podemos entender que porque el beso de la Mezuzáh, es mucho más que un acto de devoción


  1. Esta asociación puede provenir de la puesta de sangre en los marcos de las puertas durante el éxodo, un acto que protegió a los israelitas mientras D’s “pasó” por sobre sus hogares. Ver Midrash Mejilta Bo, final de la sección 11, la cual asocia la Mezuzáh con este rito. Ver Responsa Dibre Iatziv, Yoreh Deah 191.
  2. Ver costumbres de Mahril sección 91.
  3. Bet Yosef Yoreh Deah 285:3.
  4. Libro Etz Jaim, Shahar HaKlalim.
  5. Talmud Babilónico (Babli), Tratado Jagiga 12a.
  6. Ver comentarios al libro Bereshit – Génesis, de autoría del Rabino Mordejai Edery Z”L