La supervivencia del pueblo judío
La supervivencia física y
espiritual del pueblo judío, 75 años después de la Segunda Guerra Mundial.
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El primero de septiembre fue el
aniversario número 75 del inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Escribo estas palabras desde Roma,
habiendo experimentado hace pocos momentos la poderosa experiencia de visitar
el Arco de Tito y el Coliseo. Para el pueblo judío, estos son símbolos
emblemáticos del Imperio Romano y de nuestro exilio de 2.000 años.
Mientras estábamos parados junto al
Arco, nos contaron la historia del Ponovezher Rav, Rav Shlomo Yosef Kahaneman
(Rosh Yeshivá Ponevezh), un sobreviviente de la destrucción de la judería
lituana que tomó el compromiso de reconstruir las academias de estudio de Torá
en Israel en la era post Holocausto. Cuando alguien le preguntó sobre su
ambición de reconstruir en una escala tan grande, él recitó el versículo “Cuando
D-os devuelve el cautiverio de Sión, ¡debemos vivir como soñadores!”.
Sus responsabilidades comunales
luego de la guerra lo llevaron alrededor de todo el mundo en su intento por
juntar los fondos necesarios para cumplir con su sueño. Siendo un determinado
hombre de acción, prácticamente no dejó tiempo disponible para hacer turismo.
Sin embargo, cuando visitó Roma, le pidió al taxista que parara en el Arco de
Tito. Se paró a un lado del Arco y gritó desafiantemente en Yidish: “¡Titus
Titus! ¡Vu bist du! ¡¿Dónde estás?!”.
Nuestro guía nos contó que fue
recién en 1870 que los judíos de Roma fueron finalmente liberados de su
encarcelamiento en el Gueto local. Entonces reflexioné sobre la cruda realidad
de que su emancipación duró sólo 70 años hasta que comenzaron las deportaciones
nazis, y aquí vamos de nuevo, luego de un ciclo igual de corto, la fea cara del
antisemitismo se ha levantado nuevamente a lo largo y ancho del mundo. No sé si
el número 75 es particularmente relevante, pero todo aniversario nos provee de
perspectiva y de un tiempo para reflexionar.
En la noche del Seder elevamos
nuestras copas y proponemos un brindis por el milagro de la supervivencia
judía. Cantamos ve’hi sheamda, que en cada generación han habido quienes
buscan liberar al mundo del pueblo judío y de sus ideales. Sin embargo,
continuamos en la Hagadá recordando la promesa divina. Sobreviviremos. Quizás
las persecuciones milenarias alcanzaron un clímax hace 75 años con la invasión
alemana a Polonia y con el subsecuente Holocausto, pero el antisemitismo es tan
antiguo como el judaísmo mismo. Las dos generaciones post guerra que respondieron
al Holocausto con la consigna de “nunca más” están experimentando hoy en día un
preocupante aumento de los ataques y sentimiento antisemita a lo largo del
mundo.
Los resultados de las
investigaciones contemporáneas indican que sólo una correcta internalización
del significado de la promesa divina y de lo que conlleva puede asegurar el
compromiso judío de nuestros hijos. Los planes educacionales de nuestras
comunidades deben ser proactivos y afirmar con valentía Am Israel Jai,
el pueblo judío vive y prospera.
Sin embargo, las palabras de esta
famosa canción que fue compuesta por Rav Shlomo Carlebach en los años 60’
continúan proclamando Od Avinu Jai, ¡Nuestro padre (celestial) aún vive!
La afirmación de que “D-os está muerto” es refutada por la continua existencia
y prosperidad del pueblo judío y de su mensaje eterno.
Los valores y el compromiso que han
mantenido y nutrido a nuestros ancestros a lo largo de los 3.000 años de
nuestra travesía son tan relevantes hoy en día como lo han sido siempre. Esta
fe es la que les dio la confianza de pararse con firmeza y de vencer todas las
probabilidades. Debemos llenar a nuestros jóvenes con orgullo por su heredad
como una forma para asegurar un futuro judío más radiante, ya que esa es
realmente la fuente de nuestra supervivencia.
Miro alrededor de Roma y no veo a
ningún romano antiguo. De hecho, los antiguos egipcios, babilonios, griegos,
cruzados, inquisidores, comunistas y nazis tampoco están más. Las
civilizaciones que intentaron destruir a nuestra nación ya no están aquí, pero
la nación judía, con nuestro mensaje eterno, hemos sobrevivido.
Para que una tercera generación post
Holocausto pueda tomar una decisión informada sobre elevar en lo alto la
antorcha de la supervivencia judía en el siglo 21, su educación debe incluir
estas dos aseveraciones, aquella de Am Israel Jai, la supervivencia
física del pueblo de Israel, y Od Avinu Jai, los eternos valores judíos
que nos dio D-os mediante su Torá.