sexta-feira, novembro 16, 2012

Perasháh em português: Toledot (Gênesis 25:19–28:9)

A historia se repete

toldot1

A perasháh desta semana tem início com a recordação de que nos primeiros vinte anos de casados, Itzchak e Rivká não tiveram filhos. Depois de terem rezado ao Eterno, Ele abençoou-os e posteriormente tiveram gêmeos; Iahacov e Esav. Esav era o mais velho e mais forte e dedicou-se às tarefas do campo, tendo sido caçador, enquanto que Iahacov foi um grande estudioso da Toráh. Esav foi o filho preferido de Itzchak, enquanto Iahacov foi preferido de sua mãe.

Numa certa ocasião, Esav voltou muito cansado dos seus trabalhos no campo e viu que Iahacov estava a cozinhar lentilhas vermelhas, foi então que Esav pediu ao seu irmão que lhe desse rapidamente do seu guisado. Iahacov disse-lhe que em troca da comida lhe vendesse a sua primogenitura, já que Esav não demonstrava qualquer interesse nela e assim, ao comer e beber desprezou os seus direitos de primeiro filho.

Tinha começado uma época de fome que obrigou Itzchak a mudar-se para Guerar, para as terras do Rei Avimelech. Aí lhe apareceu o Eterno para lhe confirmar a promessa que já tinha feito a seu pai, que a sua descendência seria tão numerosa como as estrelas do céu e que receberiam a terra de Canaã como herança.

Tal como seu pai fez, Itzchak disse aos habitantes de Guerar que Rivká era a sua irmã, até que o próprio Avimelech descobriu que não era e ordenou que ninguém causasse dano algum a Itzchak ou à sua esposa. Itzchak prosperou e foi invejado pela gente de Guerar, pelo que Avimelech lhe pediu que abandonasse a região.

Itzchak apressou-se para ir para Beer Shevá onde foi visitado por Avimelech e este ao ver que Itzchak era uma pessoa agraciada pelo Eterno, concordou assinar com ele um tratado de paz. Entretanto Esav casou-se com duas mulheres hititas.

Itzchak era já ancião, tinha perdido a vista e sentia que devia bendizer o seu filho mais velho. Por isso pediu a Esav que fosse ao campo a caçar e que depois cozinhasse uma comida saborosa que depois o bendiria. Rivká ouviu a conversa e decidiu que Iahacov vestisse as roupas de Esav, cobrindo as suas mãos e o seu pescoço com pele de cabra para que aparentasse o seu irmão mais velho. Preparou uma comida e enviou Itzchak para seu pai Iahacov. A princípio, Iahacov duvidou de quem se apresentava se era o seu filho Esav ou não, mas após sentir as suas mãos aveludadas, tranquilizou-se. Depois Itzchak pediu a seu filho que se aproximasse, beijou-o e abençoou-o.

Esav chegou da sua caça e preparou comida para seu pai e aproximou-se dele para receber a benção que lhe correspondia. Mas logo Itzchak descobriu que fora Iahacov quem tinha recebido a sua bênção primeira. Bendisse-o predizendo que os seus descendentes viveriam pela espada e serviriam os descendentes de Iahacov. A partir deste momento e devido também a este acontecimento, Esav passou a odiar Iahacov e planeou matá-lo quando seu pai morresse. Rivká conhecedora de toda situação, enviou Iahacov para Charan, para a casa de seu irmão Laban até que a ira de Esav passasse. Itzchak bendisse novamente Iahacov para que as bênçãos de Abraham se cumprissem entre ele e os seus descendentes e viessem assim herdar a terra de Canaã. Também lhe ordenou que não tomasse para esposa as filhas dos cananitas e que apenas o fizesse de Padan Aram, entres as filhas de Laban. Esav compreendeu que as filhas de Canaã eram más perante os olhos de Itzchak e decidiu tomar outra mulher, Machalat filha de Ismael, filho de Abraham.

Perasháh en español: Toldot (Genesis 25:19 – 28:9)

clip_image001

Toldot

Comida Rápida

A veces vemos algo que llama nuestra atención. Lo queremos, ¡y lo queremos ya! Pero, ¿qué precio estamos dispuestos a pagar? ¿Vale la pena recibirlo ahora si eso significa renunciar a algo mucho más valioso en el futuro?

En la parashá de nuestra semana aprendemos que Esav estaba dispuesto a vender su derecho de primogenitura, un eterno don, ¡a cambio de un plato de frijoles!

Esav solamente era capaz de valorar lo que estaba en frente de sus ojos. Pero la Torá nos enseña que las cosas que son realmente valiosas no siempre vienen de inmediato. Si podemos renunciar a nuestra necesidad de gratificación inmediata, a menudo, obtendremos mucho más a cambio.

clip_image002

En nuestra historia, un niño aprende la lección de cómo esperar por lo que realmente importa.

"Comida Rápida"

Diego irrumpió en la casa de la familia Epstein como un pequeño tornado. Llevaba un balón de fútbol, y así también, una buena cantidad de lodo del partido. La Sra. Epstein observó a su hijo y no sabía si regañarlo, o simplemente reírse.

"Hola mamá. Estoy hambriento. ¿Qué hay de cenar?", preguntó.

La mamá de Diego sonrió y dijo: "Vas a estar muy feliz. Comeremos tu comida favorita esta noche, algo que has estado pidiendo durante mucho tiempo, comida-rápida china". "¡Excelente!". Diego dejó su balón de fútbol y se sentó en la mesa. "¿Puedo comer un poco ahora?", preguntó.

"Papá y los chicos fueron a recogerla al restaurante. Yo diría que deberían estar de vuelta en una media hora. Mientras tanto, ¿por qué no te metes a la ducha y te cambias de ropa? Creo que llevas encima alrededor de la mitad del barro del parque". "¡Media hora!", Diego se quejó. "No puedo esperar media hora. ¡Voy a colapsar antes de eso! ¿Puedo comer algo ahora?".

Su mamá puso los ojos en blanco. "¡No me di cuenta que era una emergencia tan grande!", bromeó. Si estás realmente tan hambriento puedes entrar a la despensa y sacar algunos cereales. Pero realmente yo te recomiendo que esperes. Sé que la comida china es un gran placer para ti y sería una lástima que te llenes con otras cosas".

Diego consideró las palabras de su madre, pero pronto descartó el pensamiento. "Debo comer ahora", se dijo a sí mismo. En comida era en lo único que podía pensar mientras atacaba la despensa y agarraba un plato, una cuchara y una caja entera de cereales

Un poco más tarde, la camioneta familiar se estacionó en la puerta de la casa. El Sr. Epstein entro junto con Mauro, el hermano de Diego, y su hermana Dina. Cada uno de los niños sostenía una pesada bolsa de la mejor comida que el restaurante "Shangai Shalom" podía ofrecer.

"Bueno", dijo Mauro, en un tono serio. "Tenemos moo goo gai pan, tenemos carne moo shu, y tenemos una porción doble de alas de pollo agridulces, el plato favorito de Diego".

El hermano y la hermana de Diego se miraron mutuamente. "Oye, ¿dónde está Diego?", preguntó Dina. "Generalmente él huele estas cosas a un kilómetro de distancia", añadió. "Creo que está en su habitación", dijo la Señora Epstein, mientras comenzaba a poner la mesa.

"Por favor, sube e invítalo a venir con nosotros". Dina saltó a través de la sala de estar y subió corriendo por las escaleras. Ella golpeó la puerta de Diego. "Hey, Diego, ¿estás ahí? ¡Baja rápido mientras la comida china todavía está caliente!". Diego abrió la puerta. Detrás de él, sobre la mesa, había un plato hondo y una caja de cereales casi vacía. Tenía los ojos brillantes. "Hey, te estamos esperando", exclamó su hermana. "La cena está lista. Incluso papá te compró la alas de pollo especiales que tanto te gustan", añadió.

"¿De verdad?", los ojos de Diego se abrieron momentáneamente con emoción, sólo para dar paso inmediatamente a una recaída. "Por favor, pídele a todos que comiencen sin mí", dijo. "No estoy de ánimo".

Dina saltó hacia atrás sorprendida. "¿No estás de ánimo para comida china? ¿Quieres que tomemos tu temperatura en primer lugar, o que simplemente llamemos al médico de inmediato?", dijo bromeando.

"Ja, ja, muy divertido", dijo Diego. "No necesito un médico. Si hay algo que necesito, es que alguien examine mi cabeza para descubrir la razón de por que me acabo de comer una caja entera de cereales, en lugar de esperar a que ustedes llegaran a casa con algo que realmente me gusta".

Escalada de Violencia en Gaza

 

clip_image001

¿Qué otro país toleraría esto?

por Corey Feldman

Al final vean el video: 15 segundos 

Un soldado, quien pidió mantenerse anónimo debido a restricciones del ejército, me envió la siguiente opinión editorial, la cual les transmito ahora a ustedes:

En las últimas 24 horas, 107 misiles han caído en el sur de Israel. Ciento siete misiles disparados con intención de matar, herir y mutilar. Ciento siete misiles apuntados a las poblaciones civiles de una nación soberana. Y dado que actualmente no estamos llevando a cabo una operación a gran escala para lidiar con los responsables de esta violencia, plantearé una pregunta obvia: "¿Qué otro país toleraría esto?".

¿Qué otra nación soberana en el mundo permitiría tan descarada violación de sus fronteras y de su seguridad sin una respuesta a gran escala? Las represalias con objetivos selectivos son un comienzo, pero no son la respuesta adecuada ante tales ataques. Parte de la razón de las limitadas acciones de Israel, es que Israel debe mantener un estándar que ningún otro país en el mundo es llamado a mantener, e Israel valora la opinión del mundo.

El mundo llama a Israel una y otra vez a "ejercitar restricción" ante los ataques sin fundamento a su población, y es por esto que yo hago tan sólo una pregunta: "¿Bajo que precedente?". Incursiones mucho menores han desatado acciones mucho mayores en manos de otras naciones soberanas. Entre 1936 y 1939 los británicos lidiaron con la Revolución Árabe quemando aldeas enteras y asesinando a más de 3.000 palestinos. En 1970, el Rey Hussein respondió ante los motines palestinos en Jordania masacrando a 2.500 palestinos en diez días. En 1989 en Panamá, cuatro soldados Estadounidenses no armados tomaron un camino equivocado y terminaron en un puesto de control militar. Intentaron escapar y uno fue asesinado y uno herido. Bush describió esto como, "una atrocidad enorme " e invadió Panamá con 20.000 soldados. El programa de televisión "60 Minutos" reporteó que cerca de 4.000 personas fueron asesinadas.

Desde el comienzo del 2009, aproximadamente 2.262 misiles han sido lanzados desde Gaza a Israel, principalmente a centros civiles. En los tres años desde la última operación en Gaza, de acuerdo al blog oficial del Ejercito de Israel, 11 personas han sido asesinadas y 127 han resultado heridas con los ataques de misiles. En las últimas semanas, los ataques de Gaza se han intensificado notablemente. El 23 de octubre, un capitán del ejército israelí fue gravemente herido en un patrullaje de frontera rutinario. La semana pasada un soldado del ejército israelí resultó moderadamente herido y otros dos ligeramente heridos cuando fueron atacados durante un patrullaje de rutina. Dos días más tarde, terroristas en Gaza abrieron fuego en contra de una patrulla del ejército israelí.

Ayer, la última descarga de violencia comenzó cerca de las 4 p.m. cuando un jeep de mi base transportando cuatro soldados, dos de los cuales conozco personalmente, fue golpeado por un misil. Uno de esos soldados está en condición crítica y puede que no se recupere. Hoy, tres civiles fueron heridos en su camino al trabajo en la ciudad sureña de Sderot. Desde ayer, aquellos de nosotros que nos encontramos en la primera línea de defensa en la frontera de Gaza hemos sido confinados a vehículos blindados. Hemos dormido minutos, no horas, y en esos vehículos blindados hemos comido, intentado dormir, reído, quejado, cantado, bromeado y por momentos, rezado.

Una de nuestras principales responsabilidades como primera línea de defensa es proteger a las comunidades y los kibutzim cerca de la frontera de la infiltración terrorista, y el fuego de misiles es a menudo el precursor de los ataques terroristas. Como resultado, cuando caen los misiles, la primera línea de defensa corre a sus vehículos mientras los civiles corren a los refugios antiaéreos. Y así hemos pasado toda la noche de ayer y hoy, viendo claramente, desde un vehiculo insuficientemente protegido, cómo docenas de misiles caen hacia Israel desde Gaza.

Cuando ves que un misil ha sido lanzado en tu dirección, siempre parece, al menos al principio, que está dirigido directamente hacia ti. Si eres inteligente, aprendes a dejar de mirar. Cuando el tzeva adom (la sirena de alerta de misiles) suena, nosotros cantamos, gritamos, rezamos y nos insultamos; cualquier cosa para evitar pensar demasiado. Inevitablemente, el misil cae y la tierra tiembla en diversos grados, dependiendo de cuán lejos ha caído, sacudiendo no solamente nuestro vehiculo sino también nuestra sanidad colectiva.

Aunque no pedimos esta escalada, estamos listos y dispuestos a defender nuestras casas y nuestras familias.

Así que escribo ahora, no como un ciudadano sino como un soldado: Estoy listo. Nunca participé en una guerra, y por lo tanto, no puedo saber lo que implica. Solamente sé que esto es inaceptable. Una llovizna diaria de misiles de Gaza – la cual actualmente es un aguacero – es inaceptable. Nuestras familias merecen algo mejor que eso. Nuestro país merece algo mejor que eso. Para ser claro, nadie quiere una guerra, particularmente no un soldado de combate en una unidad sirviendo en la frontera de Gaza. Entiendo los peligros, y no los tomo a la ligera. Pero finalmente, escogimos ser soldados de combate. Y aunque no pedí esta escalada de violencia, nosotros estamos, no obstante, listos y dispuestos a defender nuestras casas y nuestras familias.

Nosotros pedimos por paz, y nuestros enemigos responden con misiles. Nosotros pedimos enviar a nuestros hijos a la escuela sin preocuparnos de que no regresen; conducir al trabajo sin temer que misiles comiencen a caer durante la hora de mayor tráfico; vivir nuestras vidas sin el temor de los misiles y el terrorismo, y nos han respondido con un rotundo "¡No!".

Desde la retirada de Gaza en 2009, nuestro deseo de paz se ha enfrentado a miles de misiles; misiles que equivalen a una declaración de guerra. Nosotros no pedimos esto. Y nosotros no queríamos esto. Pero llega cierto punto, en el cual el costo de la inacción se hace demasiado alto. Como John Stuart Mill escribió:

"La guerra es una cosa fea, pero no es la cosa más fea de todas. El podrido y degradado estado moral y el sentimiento patriótico que piensa que nada es digno de guerra es mucho peor".

 

15 segundos

Este blog apareció originalmente en "The Times of Israel".