domingo, julho 01, 2012

La verdadera razón del odio entre el perro y el gato

De por qué se persiguen el perro y el gato

perro y gato

Hace mucho tiempo, cuando el mundo aún era joven, el perro y el gato eran grandes amigos.

Vivían juntos y compartían el alimento que cazaban. Pero poco a poco la comida empezó a escasear. Entonces el gato, que era muy astuto, dijo:

-Amigo, perro, aquí no hay bastante caza para los dos. Sería mejor que nos separáramos. Yo he pensado en ir a vivir con el hombre. Tú, quédate con los animales.

-Muy bien, gato-accedió el perro- Es una pena que no podamos seguir juntos. Espero que tengas suerte.

-Sí, sí, no te preocupes por mí-comentó el gato-. Pero debes prometerme una cosa: nunca, bajo ningún concepto, te acercarás a la casa del hombre.

-Te lo prometo.

El gato partió. Tras mucho caminar llegó a donde vivía el hombre y le pidió cobijo. El hombre, al verlo cansado y hambriento, se compadeció de él y le dejó que compartiera su casa.

Por aquel entonces la morada del hombre estaba infestada de ratones y el gato pronto tuvo la oportunidad de demostrar su habilidad para cazarlos. El hombre llegó a apreciarle mucho y hasta hizo un agujero en la puerta para que su nuevo compañero entrase y saliese cuando quisiera.

Y mientras así le iban las cosas al gato, el perro recorría el bosque buscando un nuevo compañero. Primero se dirigió al lobo. De todos los animales era el que más se le parecía. Este accedió a que el perro compartiera su guarida. Pero ya la primera noche….

Unos ruidos despertaron al perro. Salió fuera con sigilo y vio el brillo de los ojos de las bestias que se preparaban para atacar la lobera. Regresó junto al lobo y le despertó:

_Levántate! Nos están rodeando y nos quieren atacar.

-Déjame dormir, maleducado!-gruñó el lobo, se dio la vuelta y siguió durmiendo.

El perro tuvo que enfrentarse solo con los agresores.

No salió muy bien parado, y al amanecer, lleno de magulladuras y de heridas, partió en busca de un nuevo compañero.

Un mono, al verlo en tal estado, chilló burlón desde la copa de un árbol:

-Súbete aquí conmigo, compartiremos las nueces y la rama.

Y el perro continuó su suerte con otros animales; sin embargo, ninguno resultó buen compañero. Por fin, desesperado y agotado, se dirigió hacia la morada del hombre.

Este, que tenía muy buen corazón, lo recibió, le dio alimento y cobijo.

El perro no se mostró desagradecido. Vigilaba la casa, avisaba cuando se acercaba alguien desconocido, se mostraba siempre dispuesto a luchar en defensa de la persona y de la hacienda de su amo. Los dos estaban contentos de haberse conocido y de vivir juntos, pero había alguien furioso….

Era el gato, que no podía perdonarle al perro que hubiera roto su promesa. Desde entonces el perro y el gato se persiguen sin tregua.

Moraleja de la historia:

Guárdate una vez de los enemigos

Y mil veces de los amigos,

Porque quizá, alguna vez,

Un amigo se hará enemigo

Y podría más fácilmente buscar

Tu propio daño.