Libre Albedrío y la Teoría de la Evolución
האדם רשותו בידו וכל מעשיו
מסורין לו
Hiljot Teshubá, 5:4
Explicaremos como otras veces lo hicimos, que el libre albedrío
distingue al ser humano de todos los demás seres vivos. Gracias a la libertad
para tomar decisiones morales el hombre se encuentra
por encima de la naturaleza, en la cual reina y gobierna el determinismo. El
hombre no es parte de la naturaleza. Es el único ser
"sobrenatural".
El libre albedrío, desde un ángulo un poco más filosófico,
es evidencia del Diseño Divino en la creación. En otras palabras, un
ser con libertad de elección, no puede ser el producto de un proceso
evolutivo.
En primer lugar porque para la teoría de la evolución somos
considerados parte integral de la naturaleza, en la cual todo se rige por
instintos. Somos "Monos, con un poco más de inteligencia". No somos
una especie singular, que trasciende la naturaleza, diseñados para alcanzar
lo Divino.
En segundo lugar, el libre albedrío va en sentido contrario al
principio fundamental de la teoría de la evolución: la supervivencia del más
fuerte. Ya que la libertad de elección moral supone que un ser humano
puede elegir, por ejemplo, sacrificar sus necesidades biológicas o incluso su
propia vida "por un ideal". Ese es un concepto totalmente opuesto
al principio de "supervivencia".
No es de extrañar entonces, que el judaísmo considere al libre
albedrío como aquello que nos asemeja a D-s. El Midrash Tanjumá explica que
"la imagen y semejanza Divina" que poseemos los seres humanos,
consiste justamente en nuestra libertad de elección.
Tampoco es de extrañar que aquellos hombres de ciencia que se
identifican con el ateísmo, se opongan a la idea del libre albedrío. Y traten
de demostrar que éste no existe. Un científico estadounidense, Benjamin
Libet, condujo un experimento en 1979 para demostrar que lo que determina
nuestras acciones y decisiones son procesos cerebrales electro-químicos
inconscientes. El fenómeno de la conciencia, o la toma de una decisión
independiente de los dictados del cerebro, es solo una ilusión. Y
cuanto menos libertad de elección existe, más animales somos, lo cual se
ajusta a lo predicado por la teoría de la evolución.
Probablemente muchos de los lectores nunca hayan escuchado esta
argumentación de una forma tan directa. Pero si se detiene a observar ciertos
debates ideológicos propios de nuestra sociedad moderna, el lector se dará
cuenta que el tema del "libre albedrío" está, de una manera directa
o indirecta, muy presente en casi todas las discusiones acerca de la
moralidad. Aquellos que no creen en D-s justificarán ciertas conductas
morales (o inmorales) atribuyéndolas a condiciones innatas, incontrolables.
Mientras que aquellos que creen en D-s hablarán de la capacidad humana de
cambiar, controlar, modificar nuestras tendencias.
La pregunta básica en este tema es si existe algo más, aparte
del cerebro, en la toma de decisiones. Si quien toma las decisiones es el
cerebro, entonces somos animales inteligentes, como dicen los evolucionistas.
Pero si hay algo mas allá del cerebro, llamémoslo "conciencia",
entonces somos algo distinto a la naturaleza.
Desde el punto de vista judío, el cerebro no es el
"YO". El cerebro es un vehículo o quizás el instrumento más valioso
del verdadero "YO", que es nuestra conciencia o en hebreo,
"neshamá". La interacción entre nuestra conciencia/neshamá y
nuestro cerebro es un tema que supera lo que podamos decir en estas pocas líneas.
Diremos brevemente que nuestro cerebro envía señales, por ejemplo, que
tenemos hambre, pero nuestra "conciencia" puede decidir
"no comer", porque hoy es Yom Kipur. Nuestro cerebro puede
ser estimulado por urgencias hormonales, pero nuestra conciencia tiene el
poder de controlar nuestra respuesta a esas urgencias. El verdadero YO
no es el que manda las señales electro-químicas o procesa los estímulos.
Nuestro YO es el que a pesar de las señales o los estímulos, puede decir
"NO".
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MAS SOBRE
Evolución
y Libre albedrío
En su libro "El origen del hombre" publicado en 1871 Darwin dice que "No se puede mantener la idea de que los instintos sociales [los princios morales] puedan ser más fuertes en el hombre... que los instintos de la supervivencia, el hambre, el deseo sexual, la venganza..."
En las palabras del Dr. William
Provine , profesor de Biología Evolutiva en Cornell University: "La
evolución tiene consecuencias claras que Charles Darwin entendió
perfectamente ... [incluyendo la idea de que] el libre albedrío humano es
inexistente"
Si no existe D-s,
No existe una vida, luego de esta vida,
No hay ninguna justificación objetiva para
la ética o la moralidad,
Nuestras vidas no tiene un sentido
trascendental,
No existe el libre albedrío (free will).
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