Janucá y la defensa de la legitimidad de Israel
Janucá nos recuerda que el pueblo judío siempre ha enfrentado fuerzas
que intentan apagar su luz y borrar su identidad. En tiempos de los Macabeos,
el decreto griego buscaba prohibir la Torá, el Shabat y la circuncisión,
imponiendo una cultura ajena y negando el derecho del pueblo de Israel a vivir
según su fe. Hoy, aunque los escenarios son distintos, la lógica es la misma:
movimientos que se presentan como “pro-árabes palestinos” difunden narrativas
que buscan deslegitimar al Estado de Israel, negar su historia milenaria y
presentarlo como intruso en su propia tierra. La lucha de Janucá no fue sólo
militar, fue espiritual y existencial, y esa misma lucha continúa en el plano
político y cultural de nuestro tiempo. Cada intento de borrar la legitimidad de
Israel es un eco de aquel intento de borrar la identidad judía, y cada
encendido de las velas de Janucá es una respuesta luminosa que proclama que la
verdad no puede ser oscurecida. Así como un pequeño grupo de Macabeos venció a
un imperio, así también una pequeña llama puede iluminar la oscuridad de la
propaganda y la desinformación. Janucá nos enseña que la perseverancia, la
memoria y la fidelidad a nuestra identidad son más fuertes que cualquier
intento de negación, y que la luz de Israel, ayer como hoy, seguirá brillando
con fuerza frente a quienes buscan apagarla.
Así como en tiempos de Janucá se intentó prohibir la circuncisión, el
Shabat y el estudio de la Torá, hoy se intenta prohibir la legitimidad política
y moral de Israel en el concierto de las naciones. La estrategia es la misma:
apagar la llama de nuestra identidad y sustituirla por una narrativa ajena.
Pero Janucá nos enseña que una pequeña luz puede vencer a una gran
oscuridad. La victoria de los Macabeos no fue sólo militar, fue espiritual:
demostraron que la verdad histórica y la fidelidad a la identidad no pueden ser
borradas por decretos ni por propaganda.
Rabino M.Ed. Rubén Najmanovich
Diciembre 2025 // Kislev 5786

