domingo, novembro 20, 2011

A propósito de palabras “relevantes” en el idioma hebreo

El ser judío comprende la  observación

de determinados preceptos*

clip_image001Hay términos extranjeros que se han incorporado al lenguaje hebreo, sobre todo en temas políticos y sociales. No siempre se les da la connotación semántica exacta, pero se usan a diestra y siniestra, según sea la posición ideológica del que habla, en sentido positivo o negativo: Uno de ellos es “relevante”.
El predicado relevante se convirtió en su momento, hace varios años, en el calificativo de Arafat.
El segundo término que a mí me preocupa e interesa dilucidar es “alternativo,” como adjetivo. Hay judaísmo alternativo, medicina alternativa, sepultura alternativa, y sin duda matrimonio alternativo, etc.
Todas estas reflexiones e inquietudes me surgieron a raíz de que en el Día del Holocausto, de la Shoá, escuché y leí que hay un “toque”, una recordación alternativa y así lo organizan ciertas instituciones y grupos juveniles.
¿Por qué? ¿No los conforman los ritos ceremonias habituales que se celebran anualmente, tradicionalmente
¿A cuenta de qué será la diferencia? ¿Qué se cambiará, qué se reemplazará o suprimirá y por qué?
Por qué no podemos seguir unidos todos y rendir homenaje a las víctimas y héroes de los guetos, campos de concentración, crematorios, y a los que tuvieron la suerte de sobrevivir, con una oración, con un rito común, que nos identifique, hermanados, y nos diferencie de los no judíos.
Pero sin duda hay que ser avanzados, progresistas, diferentes de los “anticuados tradicionalistas” (no me atrevo a decir religiosos) y en lugar de Kadish, de Izcor, de “El Maale Rajamim”, leer una página de la literatura universal, una poesía, una anécdota, música clásica.
¿Por qué no? Se puede a mi juicio muy bien agregar textos, música, pero no en lugar de….
No en lugar de lo tradicional, de lo específicamente judío, que es lo que nos liga, nos integra; cada ceremonia consagrada en nuestra larga historia hace que nos sintamos solidarios con el judaísmo todo.
No olvidar que aquellos cuya memoria honramos, fueron aniquilados por ser judíos
Recuerdo que hasta Heine, que se convirtió dos veces y volvió, dijo: “Quiero tener a alguien que diga Kadish sobre mi tumba”.
A mí me gusta mucho el folklore argentino, pero no en lugar de….
Me contaron que en un sepelio en un kibutz, recitaron “Gracias a la vida que me ha dado tanto”, no Kadish, no “El Maalé Rajamim”, no Tehilim.
¿Qué se quiere demostrar? Ante quién se rebeló; sin duda es contra la religión oficial y sus rabinos. No sintieron que sólo lograron que algún pacto supremo fuera violado.
En una reunión, un Tishá Beav, un grupo de profesores discutía sobre la importancia del “toque”, de los actos, costumbres y ceremonias y su importancia en la vida de un pueblo, de una comunidad. Una de las participantes contó: “Yo soy laica, no religiosa. Me casé en Chipre en acto civil. Pero después de un tiempo decidí hacer jupá, porque quise que mi casamiento tenga algo en común con un judío de China, de Buenos Aires, de Nueva York. Pues comprendí que el rito consagrado es lo que nos une, nos identifica, a la vez que nos distingue”.
Esta es la importancia, la trascendencia de la ceremonia, del oficio, de la plegaria.
Respeto y entiendo al agnóstico, al laico que así se manifiesta, así lo vive, pero que a su vez respeta las normas y las tradiciones básicas de la comunidad en que vive y de la que se considera parte. Es un contrato colectivo de auto respeto.
Conocí muchos y conozco que quisieron sepultura laica, o donación de órganos a la ciencia y aún cremación y lo hicieron en los lugares pertinentes.
Fueron a cementerios laicos, donde no se exigían todos los ritos prescriptos. Personalmente determinaron qué sí y qué no.
¿Qué es el Kadish? ¿Qué dice y qué representa?
Es una oración en arameo, que se pronuncia al final de determinados oficios religiosos y en sufragio del alma, generalmente de padres, también hijos y otros parientes, recitado al lado de la tumba y luego durante los 11 meses siguientes.
Al comienzo de la Edad Media, el Kadish se incluyó en diversas oraciones de recordación. En los siglos XII y XIII se comenzó a recitar en el momento de la sepultura y pedir la Santificación del nombre del difunto y del Creador, oración que dice el hijo o los hijos varones.
En otras traducciones se expresa: “Dios no protestó contra tu decreto, sino que estoy decidido a vivir como mi padre, dedicándome a la gloria de tu nombre, cuya santificación será programa de mivida, que me propongo ser leal a mis deberes”.
El escritor Shmuel iosef Agnón en su “Prólogo al Kadish” dice: “Rey de carne y sangre sale a la guerra, a lo mejor ni siente la falta de algunos de los que cayeron, ya que son muchos sus súbditos. Pero nuestro Rey, nuestro Dios, que quiere la vida y la paz para el Pueblo Elegido, no porque somos muchos nos quiere; por el contrario, somos pocos, cada uno equivale a una legión entera”; por lo tanto decimos “Santificado sea su nombre”.
Y así lo decimos, por cada individuo según la tradición judía, en los cementerios judíos al dar sepultura a los difuntos.
Traemos esta cita de Agnón por su sentido patriótico israelí, no sólo religioso, que yo me permito interpretar como expresión de solidaridad y lealtad a la tradición judía, a Israel y homenaje a los que cayeron en su defensa.
Quiero terminar con un concepto que siempre afirmo a pesar de la oposición de la mayoría. Considero que ser judío (a diferencia de israelí o aún hebreo), tiene una connotación religiosa que se manifiesta, por lo menos, en el cumplimiento de las mitzvot básicas: Brit Milá, Bar Mitzvá, Jupá, Kadish, Kvurá.
Que las conmemoraciones alternativas no lo sean en desmedro de ser judío.

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* Autor: Rajel Hendler