sexta-feira, fevereiro 01, 2013

Perasháh en español – Itró (Exodo – Shemot 18–20)

Cuando el escuchar, no es una actitud sino un arte.

escuchar

"Y escuchó Itró, sacerdote de Midián, suegro de Moisés, acerca de todo lo que D’s había hecho por Moisés y Su pueblo Israel, cuando D’s sacó a Israel de Egipto". (Éxodo 18:1)

¿Qué fue lo que escuchó Itró que lo hizo venir? La respuesta es: la Apertura del Mar y la guerra con Amalek , asi como neta el gran exegeta Rashi – Rabi Shemuel Itsjaki.

Considerando que la entrega de la Toráh es la base del mundo entero – espiritual y físico – ¿no hubiera sido más apropiado que los Sabios designaran una porción completa de la Toráh solamente a esta ocurrencia? ¿Por qué se incluyó el episodio de Itró en esta parashá y no en parashat Beshalaj? Después de todo, la Apertura del Mar y la guerra con Amalek de las que escuchó Itró están ambas contenidas en esa porción.

Aún más difícil de entender es la opinión de Rashi de que Itró en realidad no se unió al pueblo judío sino hasta después de la entrega de la Toráh. ¿Por qué entonces la Toráh introduce la entrega de la Toráh con la llegada de Itró?

"Y escuchó Itró". (Éxodo 18:1)

El Zohar pregunta: ¿¡Solamente Itró escuchó y el mundo entero no escuchó!? ¿¡Acaso no está escrito, "las naciones escucharon y temblaron"!? La respuesta es que si bien el mundo entero escuchó, ellos no se hicieron más humildes, sin embargo Itró escuchó, se hizo más humilde y se acercó a temer a D’s".

Muchos escuchan, pero pocos realmente toman en serio lo que escuchan. Como lo pone el Midrash (Tanjuma Itró 2), "Están aquellos que escuchan y pierden, y aquellos que escuchan y se benefician". Oír y escuchar correctamente son la clave para el éxito de uno en este mundo. El Midrash (Shemot Rabá 27:9) ofrece la siguiente alegoría sobre el versículo, "Inclina tu oído y ven a Mí; escucha y vivirás" (Isaías 55:3):

Tan preciado es el pueblo judío para D’s que Él les sube el ánimo. Él les dice a ellos, "Si una persona cae de un techo y sufre lesiones en todo su cuerpo, el doctor lo visita y le pone vendajes en su cabeza, brazos, piernas, y en todo su cuerpo, y queda totalmente envuelto en vendas. Yo no soy así. El hombre tiene 248 órganos y uno de ellos es el oído. Si todo el cuerpo está manchado con pecado, pero el oído oye y escucha, entonces todo el cuerpo recibe vida.

Antes de que la Toráh nos diga, "Y D’s habló", debemos aprender primero qué significa escuchar. Si no hay un oído escuchando, incluso el mensaje más poderoso de la boca de D’s mismo se pierde. Por esa razón, el episodio de "Itró escuchó" precede la entrega de la Toráh. Investiguemos ahora qué significa escuchar correctamente.

El Midrash Mejilta relata que anterior a la entrega de la Toráh, los reyes de las naciones escucharon los ensordecedores sonidos y se reunieron para pedirle consejo a Bilaam. Ellos estaban preocupados de que D’s estuviese trayendo otro cataclismo – si no de agua, quizás de fuego – para destruir el mundo. Bilaam acalló sus miedos diciéndoles que D’s le estaba entregando la Toráh a Su pueblo. Los reyes respondieron, "D’s debiera bendecir a su pueblo con paz".

Itró escuchó los mismos estruendosos sonidos y fue a unirse al pueblo judío y a aceptar la Toráh personalmente. De hecho, relata el Mejilta, Itró fue la primera persona en exclamar, "¡Baruj Hashem!".

La palabra baruj (bendito) connota aumento y fortalecimiento. Moisés y los judíos estaban tan profundamente inspirados por el Éxodo y por la Apertura del Mar que ellos no podían imaginarse que el efecto desapareciera o se disipara. Aunque ellos rezaron profusamente y le agradecieron a D’s, ellos no vieron la necesidad de utilizar la palabra "Baruj"; ellos no sintieron necesidad de pedirle a D’s que fortaleciera el efecto de estos milagros.

Sin embargo, Itró se dio cuenta que el efecto de los milagros puede disiparse rápidamente si esos efectos no son de alguna manera incorporados en las acciones de uno. Él se dio cuenta de que Amalek también escuchó acerca de la Apertura del Mar, sin embargo la impresión rápidamente desapareció y Amalek atacó a los judíos. Por lo tanto Itró apreció la necesidad de dirigirse a D’s con una berajáh, una súplica de intensificar y aumentar el efecto de los milagros ya realizados.

En contraste a Itró, los reyes de las naciones estaban preocupados personalmente solamente cuando pensaron que los impresionantes sonidos eran un presagio de su condena. Una vez que se les dijo que los sonidos eran los sonidos de la Toráh, ellos inmediatamente se distanciaron. Ellos dirigieron las bendiciones de D’s a Su pueblo, pero no actuaron como si estuviesen involucrados personalmente. No había nada que ellos sintieran que pudiesen ganar de estos sonidos. Solamente Itró tomó estos sonidos como un mensaje personal y dirigió sus bendiciones a D’s para poder beneficiarse personalmente de la Toráh.

Mientras experimentamos una vez más la entrega de la Torá con la lectura de parashat Itró, aprendamos de Itró a afinar nuestros oídos para escuchar la ininterrumpida voz de Dios, dirigida personalmente a cada uno de nosotros, desde cada lugar de la creación.

Shabat Shalom