segunda-feira, dezembro 31, 2012

Ganandose el mundo por una buena acción.

Ganándose el Mundo en un Instante

Ganandose el mundo

El Talmud, en el tratado de Avodá Zará 17a, nos cuenta acerca de un acontecimiento que nos muestra el gran poder de un arrepentimiento verdadero y sincero:

Una vez, el Sabio Rabí Iehudá Hanasí dijo llorando: "Hay quienes pueden ganarse un lugar en el mundo venidero en un instante".

¿A quién se estaba refiriendo? A Rabí Elazar Ben Durdaia. Él fue un hombre que estuvo inmerso en el pecado y las transgresiones por muchos años, pero una vez aconteció que una mujer le dijo en el momento de su pecado: "Elazar Ben Durdaia! Tu arrepentimiento no será aceptado!".

Al escuchar estas palabras, él se levantó y fue hasta las colinas y los montes, y dijo: "Colinas y montañas! Pidan misericordia para mí!".

Mas ellas respondieron: "Antes de pedir misericordia por ti, debemos pedir por nosotras, pues el versículo dice: 'Las montañas serán removidas y las colinas se desmoronarán' (Ieshaiahu -Isaías- 54:10)".

Él dijo: "Cielo y tierra! Pidan misericordia para mí!".

Pero ellos también respondieron: "Antes de pedir misericordia por ti, debemos pedir por nosotros, pues el versículo dice: 'Los cielos se disiparán como el humo y la tierra se arruinará como una ropa' (Ieshaiahu 51:6)".

Él dijo: "Sol y luna! Pidan misericordia para mí!".

Y ellos respondieron: "Antes de pedir misericordia por ti, debemos pedir por nosotros, pues el versículo dice: 'Y la luna y el sol se avergonzarán' (Ieshaiahu 24:23)".

Él dijo: "Estrellas y constelaciones! Pidan misericordia para mí!".

Pero nuevamente se encontró ante la conocida respuesta: "Antes de pedir misericordia por ti, debemos pedirla por nosotras, pues el versículo dice: 'Y todos los anfitriones del cielo serán borrados' (Ieshaiahu 34:4)".

Entonces él dijo: "Este tema depende sólo y únicamente de mí", y luego puso su cabeza entre sus rodillas llorando tan amarga e intensamente que su alma lo abandonó, saliendo de su cuerpo.

Cuando esto ocurrió, una voz Divina fue escuchada: "Rabí Elazar ben Durdaia es merecedor por siempre del mundo venidero".

Rabí Iehudá Hanasí dijo: "No sólo que los que se arrepienten son aceptados, sino que incluso son llamados 'Rabí'!!!".

¿Por qué es que Rabí Iehudá Hanasí lloró? ¿Él estaba celoso?

No. Él lloró porque vio que en un solo instante cualquier persona puede alcanzar lo que a los justos les toma muchos años lograr, y eso demuestra tal vez, que los justos no hicieron suficiente esfuerzo durante sus vidas.

¿Y por qué se lo llamó "Rabí" a Elazar ben Durdaia? ¿Por qué fue honrado como a un maestro?

¡¡Porque gracias a él, todos pudimos aprender la importancia, la fuerza y el poder que cada instante de nuestras vidas posee!!