domingo, novembro 24, 2013

Vayeshev: “Bienaventurados los que habitan en Tu morada.”

"Y Yaakov se estableció (vayeshev) en la tierra de la residencia de su padre (megurei aviv)" (Génesis 37:1)

No es lo mismo alquilar un departamento que comprarlo. Cuando uno compra, uno se pone a pensar en remodelarlo, muchas veces incurriendo en grandes gastos; compra alfombras y muebles de la mejor calidad; invierte en una cocina bien moderna con mármol negro, etc., etc. Pero cuando uno alquila, uno se arregla con un poco de pintura nueva y nada más.

Cuando uno compra la propiedad, se establece. Cuando alquila, simplemente reside. Si se te ocurrió hacer dinero escribiendo un diccionario de sinónimos de la Lengua Sagrada, te recomendaría que no abandonases tu actual empleo. En hebreo no existen los sinónimos. Si te fijas en un diccionario de inglés, probablemente encontrarás 'establecerse' y 'residir' como sinónimos. Pero en hebreo cada palabra tiene un significado singular y especifico. La parshá de esta semana se llama "vayeshev", "y se estableció". El verbo lishev connota permanencia; "lagur", residir, denota una residencia temporaria. "Y Yaakov se estableció (vayeshev) en la tierra de la residencia de su padre (megurei aviv)".

Yaakov se estableció en el sitio en el que su padre meramente había residido. Yitzjak se dio cuenta, como ninguna otra persona, de que este mundo no es más que un simple corredor, y que estamos todos de paso camino al palacio del Rey. Eso no significa que a Yaakov le hubiera interesado excesivamente este mundo, sino que su falta de conexión con el mismo no era comparable con el caso de su padre. Yaakov quería establecerse tranquilamente en el lugar en el que su padre Yitzjak había sido un mero residente. Y como resultado de ello, fue sometido a la (tremenda) pérdida de Yosef, su hijo predilecto.

Yosef inició su carrera como un soñador en gran escala: primero vio el sol, la luna y las estrellas que se inclinaban ante él. Después su carrera se vio reducida, cuando interpretó los sueños del jefe de coperos del Faraón, quien se olvidó de Yosef no bien fue liberado de la prisión.

Igual que en Egipto, así fue siempre con la historia de los judíos en el exilio. Los tataranietos de Israel sueñan con grandezas, tanto en Rusia, Alemania o América. Queremos cambiar el mundo. Nos adherimos a todos los "-ismos" que aparecen.

Díganme cualquier movimiento idealista de los últimos doscientos años, y les mostraré un judío, si no varios, que estuvieron detrás del telón, o adelante. ¿Cómo es que nosotros, los judíos, nos permitimos tener estos sueños? Porque nos empezamos a sentir cómodos en nuestra lugares de residencia. Sentimos que nos hemos establecido, no simplemente de paso.

Fíjense en cada uno de estos movimientos, desde la revolución bolchevique en Rusia hasta el Movimiento de los Derechos Civiles de la década del sesenta en los EE. UU. Desde los hippies hasta los yuppies. Todos tienen algo en común: el "jefe de los coperos" se olvida de nosotros. El movimiento sufre de una amnesia total y absoluta en cuanto a la persona que lo inició. Al igual que el “jefe de los coperos – el sar hamashkim” omite la figura prominente del “que interpreta los sueños”.

El judío reza tres veces al día. Probablemente, la plegaria más difícil sea Minjá, el rezo de la tarde. A la mañana, el día acaba de comenzar. Antes de que el mundo se llene de ruido y bullicio, tenemos espacio en la mente para contemplar lo Eterno y lo Permanente. De noche, el mundo se aquieta y podemos hacer un alto y hablarle a D-os en paz y con tranquilidad. Pero en medio de la tarde, cuando estamos sumergidos en los asuntos mundanales, es preciso de una enorme fuerza de voluntad para salir por un lapso de este mundo y dirigirnos a D-os. Tal vez ese sea uno de los motivos por el cual iniciamos el servicio de Minjá, el servicio instituido por Yitzjak, con las palabras "Afortunados son los que se establecen en Tu Casa – Ashre Ioshve Beteja Od Ielaleuka Selá". Feliz de aquel que sabe que su residencia permanente es la casa de D-os, en el mundo espiritual, y que nuestros sueños, se hacen realidad, cuando damos la oportunidad de “establecerlos” en el mundo terrenal asociados al regocijo de serenidad que encuentra nuestra alma.

Shabat Shalom